viernes, 14 de noviembre de 2014

Capítulo 3, Carrys

Carry


Primera parte.

Chicos, esta es la historia de cómo conocí a nuestro contrincante.

-Un momento… -le interrumpió TheOwl-. Que te haya pedido que nos cuentes como jugar contra ellos no significa que nos tengas que contar la historia de tu vida.
-Sólo quería ponerme en situación –masculló RaistlinM, derrotado-.


En verano de 2004 era un buen estudiante parisino amante de los videojuegos, lo que significaba que lo más cercano a un amigo eran unos cuantos niños que se entretenían con mi persona.
-¿Es cierto que por la noches duermes abrazado a un muñeco de Super Mario?
-Super Mario es el videojuego –les corregía-. Y duermo abrazado a Luigi.
Con once años lo más importante para mí era que no se faltara a la verdad.
Mi deporte favorito consistía en recorrer un kilómetro todos los días a toda prisa.
-¿A dónde vas corriendo tan rápido, Sonic?
-¡Sonic no corre, rueda!
Con su respectivos obstáculos que sorteaba sin muchos problemas.
Debido a todos estos maravillosos momentos, hablé con mi madre para encontrar una solución.
-Hijo, lo que tienes que hacer para salirte con la tuya es estar callado e ignorarles. ¿Hijo? ¿Hijo? Pero tienes que ignorarlos a ellos, no a mí.
-¿Si te ignoro mucho tiempo me compras la play?
-No.
Comprendiendo que dicha estrategia debía emplearla en criaturas de menos nivel, me enfrenté a mis demonios.
-¿Por qué está tan callado? Lleva varios días sin decir nada.
-Parece el tío ese, el del juego este del tío de verde que no dice nada.
-¿Hulk?
-¡Link! –les corregí, fallando en mi perfecto plan.
Me metieron en el contenedor entre risas, pusieron la tapa encima y un pedrusco, y desaparecieron, quedándomelo solo allí durante horas. Jamás volví a corregirles, pero sí que los enfrenté siguiendo el modelo de grandes héroes como Solid Snake, como Yitan, como MegaMan, o como Sir Daniel Fortesque, plantándoles cara sin amedrentarme. Durante el recreo o al salir de clase, cuando me rodeaban, les enfrentaba.
-No te rindes nunca, ¿verdad? –me decía uno de los más grandes.
-Podría estar así todo el día –afirmaba enarbolando mis puños, con un labio ensangrentado.
Había pasado un año y cada uno de estos enfrentamientos era para mí un entretenimiento. Mi forma de tener amigos.
En una de estas peleas agarré con fuerza la tapa del cubo de basura y la usé como escudo justo en el momento en el que uno de mis supuestos amigos me lanzaba un puñetazo, con la mala suerte de que se golpeó en el borde rasgándose la piel del puño, que empezaría a sangrar.
-¿Estás bien? –le pregunté agachándome y preocupándome por la herida.
Nadie entendió por qué hice la pregunta.
Por esta terrible hazaña, los padres del chico hablaron con mi tutor y mi tutor con mis padres, que se enzarzaron conmigo a gritos, tachándome de decepción y prohibiéndome salir a la calle. Durante las clases era el silencio en la esquina, el asesino de gigantes, aquel que no entendía, el monstruo sin nombre. De la escuela a casa y de la casa a la escuela.
No existía.
Mis únicos amigos eran Gordon Freeman, Tommy Vercetti, Tidus, el jefe maestro, Jack Carver, Ryo Hazuki, Solid Snake…

-No conozco a ninguno de esos –Saltó IrvingVIII.
-Yo casi que tampoco –confesó Alundra.
-¿Sabéis que hay vida más allá de League of Legends? –apuntó RaistlinM.
-Claro, se llama calle –se rió IrvingVIII-. Si no juego al LoL estoy fuera con mis amigos. A pocos juegos más he jugado.
-¿Y por qué te llamas Alundra? –quiso saber RaistlinM.
-Por mi hermano, que jugaba a un juego de la primera Playstation y me gustaba.
TheOwl, harto, detuvo la conversación.
-¿Te queda mucho, querido?
-Sigo, sigo, no te preocupes.

Pasé de jugar con tortugas gigantes que llevaban mundos sobre su concha a gastar mis horas frente a la pantalla viviendo infinitas aventuras, por lo que mis preocupadísimos padres se acercaban nerviosos tras escuchar y leer ciertas noticias.
-Ten cuidado con los videojuegos, a ver si vas a acabar matando a alguien.
Ni me esforzaba en discutir. Me mantuve obediente sin matar a nadie.
A pesar de los buenos momentos que pasaba frente a los videojuegos, una necesidad social me acuciaba y no la suplí hasta que no llegó a mis manos el primer MMORPG en el que invertiría años de mi vida a finales de 2004, y me metí de lleno en el mundo online.
World of Warcraft es más un recuerdo vivo que una realidad, un patio de recreo en donde poco a poco fui conociendo a gente de todas partes, aprendiendo idiomas, conversando con desconocidos cuya representación en avatar era suficiente para mí, mucho más de lo que el mundo exterior me permitía.
No faltaban los abusones, pero por suerte empecé a conocer las reglas y me convertí en uno de ellos, con cierto sentido de la justicia, yendo de aquí para allá con un arquero que ayudaba a mis aliados siempre que era necesario.
Busqué un clan francés de gente de París. Por aquel entonces me engañaba diciendo que sólo quería hablar mi idioma, pero también deseaba sentirme un poco menos solo. Que las personas con las que jugara estuvieran a treinta kilómetros en lugar de a mil era un consuelo estúpido para un niño pequeño, pero lo era.

-¿A qué distancia estaremos los unos de los otros? –se preguntó RaistlinM.
-¡A un gritón de kilómetros! –gritó JokeInTheHole.
-Esa cantidad no existe… -dijo ZeUS.

Esa sensación de jugar en equipo, de formar parte de algo gigante, de que todo el tiempo que estás empleando sirve para convertirte en algo mayor, en una leyenda… Enganchaba.
Frente a monstruos gigantes y complejos tu personaje era un engranaje más de toda aquella maquinaria, de toda aquella guerra que estallaba en tus oídos mientras los gritos de tus compañeros pidiendo ayuda o dando órdenes se sucedían salvajes para al final lograr una pieza de armadura, una espada, una montura, que mostrabas orgulloso al resto de aquel mundo que poco importaba ya si era real o no.
Nos llamaban adolescentes incultos y asociales después de que hablásemos en otros idiomas sobre el amplísimo sistema y las mecánicas que diferenciaban a uno entre lo mejor y lo peor, después de leer millones de líneas de texto sobre una historia apasionante de la que formábamos parte, después de recorrer miles de parajes y ayudarnos para no acabar en las garras de la facción enemiga. Eso es lo que éramos.

-Niños rata –definió IrvingVIII- A mí me dan un poco de asco los niños rata.
-¿No eres niño rata tú ahora? –atacó ZeUS, sereno.
-De eso nada, al LoL juega mucho gente, y yo soy un profesional. Para ser profesional hay que invertir muchas horas.
-¿Y cuántas horas has invertido para llegar a ser gilipollas profesional? –preguntó The Owl con cierta sorna.
-Owned –dijo JokeInTheHole.
-No le hagáis caso –dejó caer Alundra- Hoy no le he puesto el bozal.

Tras la aparición del Lich King una nueva compañera nos informó de que tenía problemas cerca de una de las nuevas zonas que había ido a visitar por sí misma. Movido por mi espíritu de héroe fui tan rápido al rescate como se me permitía, librándola de una muerte segura en un puente que separaba las dos facciones. Con su ayuda, resultó livianamente sencillo. Por aquellos entonces ya era un buen jugador de PVP.
-Gracias –ella se llamaba Le Magicien, irónicamente una Priest.
-No hay nada que agradecer… ¿Qué haces?
Su avatar bailaba frente a mí, daba vueltas, saltaba sin parar… ¿Escuché el ruido de las maderas del puente quebrándose?
-La danza del agradecimiento.
Su voz me resultaba dulce y jovial y mi compañía le resultaba necesaria y tranquilizadora. Durante meses y meses nos conectábamos para hablar y para seguir jugando. Ella me sanaba y yo la protegía.
-Podríamos trolear un poquito… -me tentaba.
-No está bien –me así a mis códigos de honor.
-Venga, no me seas Steiner, lánzate. Por favor…
Desde hacía un tiempo hasta entonces Le Magicien me dominaba con esa frasecita, bañada por un tono de dulce melancolía y necesidad.

-El hombre elige. El esclavo obedece –habló JokeInTheHole.
-Algo así.

-A mí me gustaría ser un guerrero como los de los libros, valientes y fuertes y que pueda con todo. Con sus espadas mágicas, sus escudos mágicos...
-Sí, su todo mágico –se rio de mí Le Magicien sin disimulo.
-¿A ti no te gusta?
Ella dudó antes de contestarme.
-No lo sé…
-¿Por qué?
-Prefiero estar en la retaguardia, protegiendo a todo el mundo. No soy lo suficientemente buena como para pretender hacer mucho más.
-¿Cómo que no? Yo te ayudo.
-¿Me ayudas? –casi percibía su sonrisa, atravesando los kilómetros que nos separaban.
-Siempre te protegeré –le dije convencido- si quieres.
-Siempre querré que me protejas.
Su dulzura haría que me enamorara de ella más y más. Incluso a día de hoy me resulta imposible vislumbrar cómo fue posible que alguien que jamás había visto resultara tan necesario en mi vida. Aunque no sólo fue a ella, también a mis muchos amigos del WoW que, como en la vida real, fueron tomando cada uno caminos que jamás pude perseguir.

-Eres un poco moñas –se mofó IrvingVIII.
-Intento ser fiel a la historia.
-Llevamos un rato aquí y todavía no sabemos nada de nuestro contrincante –continuó IrvingVIII.
-¿Cuántas temporadas va a tener esto? –preguntó TheOwl sonando algo más desesperado que de costumbre.
-¡Dejad que continúe!

-Oye, ¿y si nos vemos algún día? -le pregunté tras un año y tres meses de habernos conocido.
-¿Cómo?
-Pues acercándonos. Podemos vernos en el centro.
-Digo "cómo", como si me hubiera sorprendido la pregunta.
-ah... ¿sorpresa para bien o sorpresa para mal?
Ella se rió. Supuse que mi seguridad le resultaba agradable.
-Para bien.
Quedamos un viernes por la tarde, como si después de muchos meses el lado de allá y el lado de acá apenas significaran nada, y el lado de otros se fusionara en aquella primera vez que nos vimos.
Lo que quedaba alrededor de nuestro París no importaba más que el ruido común de la naturaleza mecánica y adolescente de la ciudad. Nos perdimos y tardamos en hallarnos el uno al otro, pero cuando al fin nos encontramos…
-Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos –me dijo ella, y me dejó sin aliento- Esa frase es del libro favorito de mi madre.
Era menuda, con mejillas esponjosas como nubes y el cabello castaño cayéndole como lluvia en plena noche.
Nos quedaba tan poco por decirnos que me acerqué decidido hasta ella para ver sus palabras saliendo de su boca, una a una, y las reconocí en ella como ella reconoció en mí las mías. Y la besé como besa el mar a la arena.

-Moñas over 9000! –gritó JokeInTheHole.
-Como si tú no tuvieras historias de amor que contar, Joke –le recriminó RaistlinM, riendo.
-Una sandía. O un panda con cara de malo. O unas sandalias ortopédicas con los puntos de presión… El aroma de un borrador de pizarra… Un domingo lluvioso por la mañana. Todo eso me gusta más que las historias de amor.
-Eeeeeh… -farfulló TheOwl completamente contrariado.
-Creo que deberías continuar –dijo amigablemente ZeUS.
-Por favor –insistió IrvingVIII-, y terminar.
-Yo estoy pensando a qué hace referencia... –meditó Alundra.

Ella me devolvió el beso, sorprendida y tierna.
-No sabía que fueras tan decidido.
-En realidad –me confesé- estoy pensando en la canción del anuncio ese viejo de Oscar Meyers.
-Yo en el niño de “I have two fingers…”
Ninguno de los dos fue capaz de contener la risa ni en ese momento ni durante muchos años. Ese primer intercambio de frases en persona fue un ejemplo de tantos que nos quedaban, basado en una tierna e inabarcable pubertad.
Pasamos de ser amigos de internet a ser novios. De darnos besos a hacer el...

-Por el amor de dios, Raist, no se te ocurra ir por ahí –interrumpió TheOwl violentamente.
-¿Por qué no? -quiso saber IrvingVIII, decepcionado- Para algo que dice interesante…

Compartimos nuestros gustos desarrollándonos sin quererlo como persona. Le transmití mi pasión por los videojuegos al igual que ella me transmitió la suya por la literatura, aunque ella tampoco acabara jugando a otras muchas cosas ni yo leyera más que fantasía.
Para nuestro primer aniversario le regalé el colgante de Galadriel, y ella a mí el libro de Crónicas de la Dragonlance. Cuando lo leí me fascinó. Me compré todos los libros de la saga y me gustó tanto el personaje de Raistlin Majere que me quedé con el nombre.

-Y ya está. Esta es la historia de por qué me llamo RaistlinM.
-Este tío es tonto –afirmó TheOwl mientras ZeUS e IrvingVIII se reían.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Que nos ibas a contar cómo conociste al midlaner del equipo contrario y las estrategias contra él...
-¡Cierto! Por suerte todo está relacionado.

Paseábamos por el Sena siempre que nuestro clan no había quedado para realizar alguna tarea importante. Nos pateamos los salones del manga y del videojuego tantos días seguidos como nuestra escasa economía nos permitía. Vimos crecer el género del cine de super héroes como si fuera nuestro hijo, amándolo en Iron Man, odiándolo en Linterna Verde, necesitándolo en el Caballero Oscuro.
-Haría cualquier cosa por ti –confesé.
-Pues haz el truco de magia. El del lápiz.
Entrecerré los ojos, poco convencido.
-No sé si puedo.
-¡Inténtalo!
Nuestro amor era tan profundo que aunque por tonterías como esta nos tirábamos meses en el hospital al final siempre estábamos juntos y felices. Nos necesitamos y crecimos con la misma intensidad, sobreviviendo a aquel juego tan interesante llamado amor. Todas estas circunstancias me hicieron amar más incluso mis gustos y mi vida alrededor de ella, definiéndome y esculpiéndome en lo que soy ahora.

-Sólo que antes fo… -empezó IrvingVIII.
-No se te ocurra terminar esa frase… -le interrumpió TheOwl.

Movido por la inspiradora historia del personaje en el que basaba mi nombre, buscando mayores retos una vez que caímos en la rutina del WoW, mi novia y yo nos motivamos a convertirnos en los mejores en la Arena, la parte PvP del juego, en donde nos enfrentaríamos con grandes y reales rivales.
Como en la historia, quería ser el mago más poderoso mientras que ella, al adoptar el nombre de la protagonista de las Leyendas, quería ser la mejor curandera.
Ambos avanzamos con buen ritmo motivados por nuestro afán adolescente, conocimos a otros que nos indicaban los mejores pasos para avanzar en el ranking, y al cabo de un año estábamos en el top 300.
En esa época recuerdo las palizas que nos daban, virtualmente hablando. Al que nunca conseguimos vencer fue a un tal JiTH que con su estilo propio arrasaba con lo que se encontraba. Se convirtió en una referencia para mí, mientras que para mi novia no fue más que un tramposo que la frustró enormemente. 
-Con estos tramposos es imposible ganar nada.
-Dudo que sea un cheater.
-¿Hace lo que le da la gana y como le da la gana y no es un cheater?
-Simplemente es mejor que nosotros.
-¿Perdona?
-No te ciegues así, Crysania...
-A ver si el ciego vas a ser tú.
-He buscado información de él y no es un cheater, es una leyenda del juego, como Leroy.
-¿Le haces más caso a internet que a tu novia?
-No es eso...
-De verdad, no me entiendes...
-Ya estamos...
Los momentos entrañables y bellos que pasamos juntos fueron evolucionando a una necesidad intrínseca de entrar en la universidad. Ella, mezcla de frustración y rabia, fue dejando atrás todo lo que nos unía desarrollando un fuerte espíritu por la responsabilidad social y temor al futuro. Veía su entrada en los estudios superiores como una oportunidad para redimirse y obtener el favor de todo aquello que alguna vez la había rechazado por motivos que jamás entendería.
Yo, sin embargo, seguí ascendiendo en el ranking, e incluso estuve a punto de entrar a un team…
-Eso es perder tiempo -la oí decir, tozuda, sin ganas de discutir.
-A mí me gusta -contesté encogiéndome de hombros.
-Bueno, ¿y luego qué?
-¿Luego? ¿Qué pasa con luego?
-¿Vas a estar toda tu vida así?
-No, supongo que lo intercalaré con algo que me dé para vivir.
Ella me clavó sus pupilas, atravesándome.
-¿Supones?
Cada minuto invertido en que uno de los dos cediera era malgastado, pero seguíamos guardando cierta fe.
Quizás jamás me encontré tan cómodo y feliz como en el mundo digital y seguí en él porque formaba parte de mí, parte de lo que conocía. Mi minúscula e infinita habitación, con mi minúsculo e infinito escritorio, con mis minúsculas e infinitas oportunidades. Eso era yo.
Años atrás era un niño que se tuvo que recluir castigado por su padres, pero de eso habían pasado ya ocho años, cinco desde que la conocí a ella y casi cuatro desde que empezamos a salir.

-Menudo salto temporal has pegado –se asustó TheOwl.
-No quiero hacer pesada la historia –se disculpó RaistlinM.
-Pero tampoco hace falta que vayas tan rápido porque si no la gente se pierde… -se desesperó TheOwl.
-Yo he desconectado hace un rato –señaló IrvingVIII.
-¡Vaya! –se quejó RaistlinM -¡Gracias!
-Es que lo que deberíamos hablar es como derrotar al equipo contrario y míranos, hablando historias de amor –argumentó IrvingVIII.
-Irving, tranquilo, llevas todo el día bastante inquieto… –intermedió ZeUS.
-Pero está jugando mejor –dijo Alundra-. Cuanto más alterado mejor juega. A mí me vale.
-¡No estoy más alterado, es que soy muy bueno! –gritó IrvingVIII.
-Eh, fieras –saltó TheOwl-. Tranquilos. Ya os lo he dicho, contra este equipo pickeamos mejor y vamos a lo básico. No son un equipo profesional y sólo tenemos que jugar mejor, con las estrategias básicas. Sigue Raist…

Dejamos de jugar al MMORPG. Ella por los estudios y yo porque quería jugar con ella. Porque no sería lo mismo, como no fue lo mismo volver a todas esas misiones sin los amigos de toda la vida que se habían ido fugando y jamás supe de ellos. Caras que nunca vi pero que todavía recuerdo.
Buscando algo en lo que malgastar mi tiempo encontré League of Legends.
-¿Ahora vas a perder el tiempo con esto? Vas a suspender como no te tomes en serio la carrera.
-No sé si me quiero dedicar a eso en el futuro, quiero tomármelo con tranquilidad.
-A ver si maduras ya... –soltó de repente y con cierta violencia.
-¿Perdona?

-¿En serio te dijo eso? Me resulta un poco derp ese comentario -se sorprendió TheOwl.
-Ella estaba siendo responsable -señaló ZeUS.
-¿Responsable es portarse así con alguien que no sabe cuál quiere que sea futuro? Mejor forzarlo y condenarlo a estar amargado de por vida, ¿no? –rechistó Alundra, con un tono algo enfurecido-. Hacer lo que se supone que se debe no se lo recomiendo a nadie. Mis padres se matan por meter dos duros en casa y no son personas felices.
-Pero así es la vida -aseveró ZeUS.
-Somos soldados sin fronteras –añadió JokeInTheHole.
-Qué bonito, pero falso -contestó Alundra resoplando-. Hemos dejado que nos conviertan en eso. Nosotros movemos el mundo, no el mundo a nosotros.
-Ambos tenéis razón –atajó Raistlin.

Dejándome llevar por lo que en aquel momento llamaba amor, encontré un trabajo haciendo hamburguesas en una cadena de comida rápida, ahorrando dinero para cuales fueran los caprichos de mi novia. Esta ocupación junto a la de darle vueltas a los libros y a la de pasar tiempo con ella hicieron que me despegara de los videojuegos. Sólo jugaba una partida de cuando en cuando al lol, sobre todo por las noches o cuando pasaba la noche en su piso de estudiantes y se echaba a dormir rápida y plácidamente.
Sin embargo, cuantas más partidas clandestinas le dedicaba y más victorias se sumaban a mi marcador, más me fascinaba. Sólo en aquellos instantes en los que explotaba el nexo enemigo sentía como si algo funcionara, y pude utilizar toda mi experiencia anterior en ser un maestro de este juego.
Muchas noches, tras el trabajo o tras los estudios, sólo quería conectarme.

-¿No te gustaba ver a tu novia?
-¿Para qué? ¿Para agachar la cabeza y permanecer callado? –meditó RaislinM.
-Vamos, que os pilló la rutina –espetó IrvingVIII.
-Una relación nunca será cosa de dos, sino de tres. Uno, otro, y las circunstancias. Todos nuestros momentos de amor… se perdieron…
-Como lágrimas en la lluvia –terminó JokeInTheHole.
-Y humo.

-Te he escrito una carta sobre cómo me siento con respecto a nuestra relación –le dije tras varios meses de absoluta y agónica monotonía.
Ella sin girarse me dijo:
-Ya vas a echarme las culpas de todo, ¿no?
-No es eso… -suspiré- Pero si tienes la culpa de algo tendrás que asumirlo.
-¡Si es que la tengo! –Me contestó altanera- Porque no tengo que consentir que nadie me diga que tengo la culpa de nada.
Me crucé de brazos mientras ella seguía escribiendo su trabajo a ordenador. Clic clic clic. El ruido de las teclas se me clavaba en el corazón.
-Voy a leerte esto y luego me iré.
-Haz lo que te dé la gana. Si te piensas que voy a salir corriendo detrás de alguien que no quiere llegar a nada como tú, la llevas clara.

<<Cuando tú compartes un mundo entero con otra persona, cuando lo inventas, lo imaginas, lo hueles a cada paso que sucede y se te cuela bajo las uñas como la arena de la infancia... ¿Qué queda luego si la marea nos separa? ¿Qué soy yo sin ti si yo era yo por ti? Antes que éramos un castillo han caído las paredes y somos un teatro, el uno del otro. No nos queda nada, salvo la distancia. Y de distancia no sabemos nada porque estás igual de lejos cuando te marchas que cuando no quieres besarme. Sólo deseo que le quites este peso a estos segundos, porque queda claro que nosotros no somos nada. Que el plural de nunca es nosotros.>>

Cuando terminé de leer ella seguía allí escribiendo. Clic clic clic. Suspiré como quien exhala el humo de una bala que le ha atravesado el pulmón.
-Bésame antes de que me vaya.
Pero no dijo nada, por lo que me fui de allí sin beso y sin palabras, con sabor a tierra en las manos, y diciendo adiós mientras me alejaba sin pronunciar una palabra. Por una vez en mi vida necesitaba profundamente aquellas calles de París. Aquella niebla me ocultaba, aquel humo saliendo de entre las alcantarillas mientras yo buscaba un refugio en el que guarecerme.
Un muchacho japonés me miraba desde el interior de un club de jazz con un cigarro en la mano. Un chico joven pero con el pelo grisáceo salió de un bar decepcionado con todo. Al final encontré mi propio purgatorio.
Encontré mi propio hogar en un local de Bastilla llamado Meltdown…

-¿Hemos llegado ya? –preguntó IrvingVIII desesperado.
-A punto.

Bajé las escaleras hasta que las luces tenues me mostraron el local. Música electrónica, gente riendo, cenando, bebiendo, y jugando. En las paredes pantallas para ver partidas de deportes electrónicos, ordenadores para jugar a distintos juegos, consolas para entretenerte con los amigos, o recreativas tanto clásicas como modernas. Me pedí una cerveza y me coloqué frente a uno de los ordenadores en donde estaba el lol configurado para jugar unas rondas de 1v1. Es decir, el primero que mate, el que primero se lleve la torre o el primero que se lleve cien súbditos gana.
-El que pierde paga un chupito –le propuse a mi contrincante.
-Ya lo estoy saboreando.
Pero acabé saboreándolo yo, al igual que saboreé uno detrás de otro. Mis picks favoritos danzaban entre todo tipo de asesino inimaginable, y lo que más pillaba de sorpresa a mis contrincantes era mi seguridad a la hora de moverme y atacar. No tardé mucho en conseguir más de diez chupitos. E incluso reté a más de uno a un doble o nada, y ni con esas consiguieron tumbarme.
Cuando creí que nadie me iba a derrotar, uno de los barman pickeó a Darius mientras que yo preferí a Varus.
-No sé a dónde vas con eso –contesté un poco mareado.
-A ganar.
Con mi distancia le atacaba progresivamente, reduciéndole la vida poco a poco mientras él apenas era capaz de farmear. Volvía a base, se recuperaba, y luego se lanzaba de nuevo al ruedo, saliendo mal parado tras una cadena de autoataques y habilidades.
-Pobre muchacho –dije.
Usó su hacha para arrastrarme hacia él, con la mala suerte de que quedé bajo su torre, la cual decidió divertirse conmigo regalándome un par de rayos. Flasheé, le golpeé, mientras él apenas me alcanzaba, pero por cada roce una marca aparecía sobre mí desangrándome poco a poco. Le eché el prender, convirtiendo el último cuadro de su vida en una mera anomalía que se convertiría en ceniza. Pero Darius utilizó su hechizo Barrera y giró con el hacha para darme un último golpe. Las marcas estallaron y la poca vida que me quedaba desapareció.
-Enhorabuena –me levanté, le di la mano, y salí de allí.
Me senté en la acera, dejando que mis rodillas soportaran todo el peso de mis brazos y mi mejilla.
-Enhorabuena a ti –dijo el chico que me había vencido sentándose a mi lado-. Eres la única persona que casi me vence aquí.
-¿Nunca te han vencido?
El chico se rió.
-No. Digamos que una de mis labores dentro del bar es cuidar que ninguno se pase cuando os ponéis a jugar a los chupitos.
-Interesante. ¿Te pagan por ello?
-Me pagan como camarero, y supongo que dentro de mis servicios entra eso –dijo riéndose-. Por las mañanas soy el típico midlaner y por las noches un barman emborracha-geeks.
-Vaya… Encima soy tonto y me la he jugado… -recapacitó RaistlinM.
-No te la juegues si no es por amor, guaperas –asintió el camarero dándome una palmada en el hombro-. Aunque yo también me la he jugado. A mí se me dan bien todos los asesinos mágicos, pero con los físicos soy horrible...
-¡Pues te destrozaré la próxima vez! –gritó RaistlinM enarbolando un dedo acusador contra el camarero.
-Oye, pareces como… mal. ¿Te pasa algo?
Me encogí de hombros.
-No. Supongo que no.
-Me llaman Big.
-Pues a mí RaistlinM. Bueno, normalmente sin la M.

-¡Por fin! –gritó IrvingVIII entusiasmado.
-Entonces su punto débil son los asesinos AD… -meditó TheOwl.
-Y los babysiteos –señaló RaistlinM con desdén-. Da igual que tenga un AD. Si le dejas la línea a él solo te ganará.
-¿Por qué lo dices así tan… mal? –se percató Alundra.
-Porque es un grandísimo amigo, aunque hace tiempo que no hablamos.

Segunda parte.

La pantalla de picks y bans apareció ocupando todo su campo de visión. A RaistlinM le temblaban las manos desde el primer momento. ¿Cuánto hacía que no había visto a Big? ¿Qué fue lo último que se dijeron? ¿Por qué se cambió el nombre a BigCaramon?

<<-No quiero irme -rogó RaistlinM.
-No puedo hacer otra cosa, lo siento.
RaistlinM asintió.
-Más lo siento yo –asintió Big-. Buena suerte…>>

El equipo de WolfHound baneó a los héroes que según recordaba RaistlinM mejor jugaba Big. Kitiara Army prefirió centrar sus bloqueos en el todopoderoso JokeInTheHole.
-Nuestro contrincante cree que puede detenerte, Joke –comentó ZeUS.
-No se jode a un Peaky Blinders –contestó él.
-¡Ni a mí, ni a mí tampoco! –se metió IrvingVIII.
Como respuesta, JokeInTheHole pickeó Riven jungla, bajo la sonora carcajada de todos sus compañeros. Todos salvo uno, RaistlinM, que escogió bajo consejo de Alundra a Oriana.
-No es una asesina… -farfulló el midlaner.
-Juégala como una –se le ocurrió al support.
-Odio cuando no me dejan a mi bola…

<<-Entonces formamos un equipo llamado Kitiara Army.
-Así es –asintió Big, divertido.
-¿Por mí? –preguntó RaistlinM señalándose.
-Claro, ¿por qué no?
-Bueno, como quieras, pero yo no me pienso ir a otra línea, yo quiero mid.
-Esa es mi línea también, me la tendrás que disputar –le contestó Big desafiándolo con la mirada.
Una hora después habían jugado varios partidos de 1v1, pero en el último de ellos, Teemo, a manos de Big, no escapó lo suficientemente rápido del área del Cero Absoluto de Nunu.
-¡Te he ganado por poco! Creía que tendrías flash y todo.
-Tú ganas… para ti el mid.>>

-¿Qué coño está pasando aquí? –Inquirió IrvingVIII.- ¿Por qué tu amigo pickea a Yasuo?
-No lo sé… Pero no tiene sentido pickear a Yasuo contra Orianna. Lo voy a destrozar.
-No cantéis victoria que en el top han escogido a Maokai y nos puede doler –señaló Alundra.
RaistlinM contemplaba la partida como si fuera el fin del mundo. Sus compañeros hablaban y la oscuridad se adueñó de las paredes de su habitación para dejar paso al escudo brillante de League of Legends.
Los diez campeones empezaron a cargarse. Los porcentajes crecían al ritmo de sus latidos. PUPUM PUPUM PUPUM PUPUM PUPUM. Alguien deseo buena suerte. El midlaner amagó en pronunciar unas palabras.
Y de pronto saltó en una nave al espacio exterior, su cuerpo flotaba. Los controles se escurrían ante él, el oxígeno se agolpaba con violencia en su pecho mientras el sudor le bailaba sobre una ceja, salado y amargo.
Una mano enguantada le indicaba su objetivo allá en el espacio exterior, hasta que la oscuridad se convirtió en campo de batalla y una voz femenina gritó:
<<Bienvenidos a la Grieta del Invocador.>>
-Vamos –ordenó ZeUS.
A RaistlinM se le agolparon los pensamientos. Aquellos tiempos en los que eran sólo ella y él… ¿Qué sería de él si se hubiera quedado en tan sólo eso? Una relación amorosa entre dos personas. Jamás había hablado del tema con nadie y en ese momento supo el por qué: Existió tanta magia entre ellos que tras contarlo se había convertido en una trivialidad. ¿Y si todo el mundo tiene una historia de amor que se asemeja? ¿Dónde estaría el encanto? ¿Alguien, como él hizo, mediría la distancia de la mejilla de Crysania un millón de veces mientras dormía? Oh, el sueño… No es el sueño lo que importa si no el giro de los acontecimientos, que ella, aún soñando, se giraba a abrazarlo.
¿Echaba de menos todo eso?.
<<FIRST BLOOD>>
-Mierda… -se lamentó RaistlinM viendo que BigCaramon lo había derrotado.
-Ten cuidado, tío –saltó IrvingVIII violentamente.
Pero RaistlinM no tardaría en reaccionar llevándose una kill minutos más tarde con la ayuda de JokeInTheHole, empatando así el marcador.
-Un poco más de empeño y nos los llevamos fácil. Maokai no me está suponiendo problema alguno con Mundo. Atento, Raistlin.

<<-Me pregunto… -empezó Big- ¿Por qué no te veo más afectado por haber roto con tu novia?
RaistlinM se encogió de hombros.
-Son mujeres tío. Y además en mi primera relación. No puedo estar toda la vida viviendo un sueño infantil.
-Nada de sueños pero aquí el guapo quiere ser jugador profesional de deportes electrónicos –señaló Big con ironía.
Raistlin enarboló un dedo hacia la nada, divertido.
-No exactamente. Es lo único que se me da bien, lo que me gusta de verdad. ¿Tú qué quieres para tu futuro? ¿Protector de geeks en bares de deportes electrónicos?
Big recostó su cabeza sobre el hombro de RaistlinM.
-Yo lo que quiero es a ti.
-Y yo a ti tío, y yo a ti.>>
Yasuo desenfundó una vez, luego otra, y el tornado envolvió la hoja. Salió disparado quemando el suelo y levantando por los aires a los minions, uno a uno, hasta golpear a la ciborg que se vio propulsada.
-No me jodas…
El samurái con un grito se precipitó contra ella golpeándole infinitamente mientras estaba en el aire, tan rápido que se hizo invisible a los ojos de todos, apareciendo tras sacudirla salvajemente contra el suelo.
<<You have been slain.>>
-Puta… -suspiró Raistlin.
-DEMACIAAAAA-gritó JokeInTheHole.
La figura de Riven brincó hasta desde las hierbas de abajo hasta atrapar a Yasuo, que no pudo más que comprobar como su vida desaparecía.
-Gracias Joke –agradeció Raistlin.
-¿Tienes algún problema, Raist? –preguntó ZeUS.
-No tío, no lo sé, joder. Estoy intentando adelantarme a sus movimientos pero no sé por qué no lo consigo…
-Pues espabila –dijo IrvingVIII poco convencido.
-Tranquilo Irving –medió ZeUS-. Raist, farmea tanto como puedas y luego en la siguiente partida vemos lo que hacemos.
-¿Por qué? Conozco sus movimientos de memoria y soy incapaz de predecirlos. ¿Qué pasa?
La partida avanzaba. Caían torres, dragones, incluso compañeros y enemigos. RaistlinM se sentía inútil mientras IrvingVIII le gritaba y ZeUS controlaba la situación. Unas jugadas perfectas de Riven y Sona le dieron la primera partida a WolfHound.
RaistlinM empezó a repasar estadísticas de la partida justo cuando TheOwl entró en la sala del chat.
-¿Qué estabas haciendo, Raist?
-Lo que creía.
-Pues vaya creencias tienes. Mala opción lo de Orianna, no tienes ni idea.
-Fue idea mía –confesó Alundra.
-No hables así Owl, no son maneras –se interpuso ZeUS.
-¿Tú has visto como ha jugado? –inquirió el coach.
ZeUS suspiró.
-Sí, y no es momento de echarle la bronca. Quizás su amigo se ha adelantado a lo que haría él. No es nada sobre lo que preocuparse.
-¿Ves como no lo has visto? –espetó TheOwl- No sé por qué tengo que escucharos, la verdad. A ver, Raistlin, tu querido amigo ha jugado como… lentísimo, pero tú te lo has comido todo. Despierta. Creo que en París no es hora de dormir todavía, ¿no? Pues ya está. Serénate.
-¿Lento?
-Lento, lentísimo. Mucho más lento que en la partida que ganaron ellos.
Raistlin volvió a enarbolar un dedo, señalando a la pantalla.

<<-Te echo de menos –apareció Crysania un día en la puerta de su casa.
RaistlinM respiró profundamente.
-Yo también.
-Eh… -farfulló ella- Haría cualquier cosa por ti.
Él se encogió de hombros.
-¿Sí?
-Sí Raist. Porque te quiero.
-¿Harías cualquier cosa?
-¡Claro que sí! –respondió ella ilusionada.
-Pues vuelve atrás en el tiempo y cambia el pasado.>>

-Dejadme a los asesinos ap libres –insistió RaistlinM frente a las críticas de algunos de sus compañeros, pero ZeUS aceptó.
En la siguiente partida BigCaramon pickeó a Yasuo otra vez ante la sorpresa de todos sus compañeros.
IrvingVIII no dudó en soltar su idea:
-¡Tienes que pikear a Syndra!
-Discrepo.
Cuando el rectángulo de Raistlin brilló, Fizz apareció allí. IrvingVIII estalló.
-¡Pero qué haces! ¿No se supone que te conoce mejor que nadie? Ese es uno de los campeones que más usas, ¿vas a hacer el idiota por ser tu amigo?
-Irving, tranquilo –dijo ZeUS.
-Para mí siempre será un gran amigo… -susurró RaistlinM.
-Tan distinto como desayunar tarde o almorzar temprano –profetizó JokeInTheHole-. Comes lo mismo, a la misma hora, sólo difiere la manera de llamarlo.

<<-¿Le dijiste eso a tu ex? ¿Así tal cuál? –le preguntó Big sorprendido reprimiendo una sonora carcajada.
-Pues sí.
-¿Luego qué pasó?
-Luego… -RaistlinM torció el gesto fingiendo dolor- Nos acostamos…
En ese momento la actitud de Big cambió como si hubiera recibido un puñetazo en el estómago.
-¿Por qué?
RaistlinM se encogió de hombros.
-No lo sé… Porque uno hace el idiota incluso cuando sabe que no debe. Porque la felicidad nunca ha tenido nada que ver con el deber, más bien con el riesgo. Porque me apetecía. No lo sé… Es como cuando estoy en la Grieta del Invocador. De tanto leer lo que tengo que hacer, o a veces cuando juego en equipo y escucho tantas órdenes, tan diferentes, tan dispares… Al final acabo haciendo lo que me apetece. A veces me siento un poco cobarde.
-¿Por qué, chico guapo?
-Porque sé que me estoy aprovechando de alguien –resopló RaistlinM agachando la cabeza, sosteniendo con fuerza la cerveza-. Pero no sé si me siento mal por ello o no… Eso es lo que más me fastidia, no saber ni lo que siento.
Big sonrió amargamente desde el otro lado de la barra.
-Cuándo lo sabes tampoco cambia mucho el resultado.>>

<<FIRST BLOOD>>
El marcador sumó una muerte a favor de WolfHound, que lo celebró con júbilo salvo por RaistlinM, a pesar de haber sido él quien la había conseguido. El resto de líneas se defendían con rotundidad, consiguiendo arrasar unos minutos después en la botlane gracias a unos cuantos ganks perfectos por parte de JokeInTheHole.
En medio se desarrolló otra batalla completamente diferente, como si fueran ajenos a la partida. Tanto Fizz como Yasuo, RaistlinM como BigCaramon, buscaban la absoluta soledad para medir sus fuerzas, aunque sería el pequeño bromista de las mareas quién conseguiría la muerte por la mínima consecutivamente.
-Esto es raro… -masculló ZeUS.
Pero estaban todos tan obsesionados con sus líneas que nadie insistió en saber más acerca de las palabras del capitán. El tiempo iba pasando y la ventaja sólo se hacía cada vez más grande para los lobos. IrvingVIII, convertido en una máquina de matar, danzaba rápidamente con Vayne destrozando a sus rivales, pero un espíritu demasiado inquieto le provocó la muerte varias veces.
-¡Raist, ven con nosotros ya!–pidió el ad Carry desesperado.
-No puedo –aseveró RaistlinM con la voz quebrada.
-¡Venga tío, si ganamos nos vamos a Alemania! ¡A Alemania! –insistió IrvingVIII.
-Vamos a ganar Irving, no te preocupes –le animó Alundra.
Fizz y Yasuo danzaban el uno sobre el otro en una batalla cada vez más intensa, mezclando las acrobacias sobre los tridentes con los rápidos pasos de baile entre súbditos, mezclando los muros de viento con tiburones gigantes, tornados con furiosas incursiones.
El terreno que devoraba WolfHound al minuto treinta abarcaba un inhibidor y casi todas las torres, pero ambos midlaners insistían en su lucha particular.
Al minuto treinta y tres, el nexo estalló víctima de una rendición de Kitiara Army.
-¡Nos vamos a Alemania muchachos! ¡Felicidades! –felicitó Alundra entusiasmado.
-¿Felicidades? Hemos ganado por suerte, no sé qué coño hacía el Fizz a su bola todo el rato –protestó IrvingVIII con violencia.
-Tengo nombre.
-Paz, que hemos ganado –dijo ZeUS, intentando calmar los ánimos.
-Juventud, divino tesoro… -soltó JokeInTheHole.
-Joder Joke, cállate la puta boca –espetó IrvingVIII.
-¿Qué coño está pasando aquí? Porque no estoy entendiendo nada –quiso saber TheOwl apareciendo de repente.
-¡EEEEH! –Gritó ZeUS-. Irving, hemos ganado. Punto. Raistlin, no vuelvas a hacer eso. Menos sin dar una explicación.
-Que obedezca y punto –interrumpió IrvingVIII.
-¿Por qué me interrumpes, Irving? –Retomó ZeUS la palabra-. Bien. Hemos ganado. En diciembre estamos en Alemania. En Alemania. ¿Entendéis lo que eso significa? Delante de gente. Gente de verdad que va a observar con lupa cada uno de nuestros movimientos, y se van a reír o incluso llorar, según cómo lo hagamos, así que hagámonos un favor y portémonos como un equipo, no como unos niños despechados. Por favor.
-Haced lo que os dé la gana –dijo IrvingVIII, y se desconectó.
-En fin…
-Que se enfade –dejó caer TheOwl, aguantando sus verdaderos pensamientos-. Ahora mismo no tenemos que entrenar ni nada. Descansad un par de días y meditad mucho, porque ahora nos toca enfrentarnos en la nueva grieta.
-Everything change… -coló JokeInTheHole.
-Parece que sí… -susurró RaistlinM- Lo siento si he hecho algo mal. Es… una vieja historia.
-Lo que no entiendo es… si hemos ganado… ¿por qué estamos así? –se preguntó Alundra.

<<Big y RaistlinM se quedaron solos en el bar, recogiendo las mesas y limpiando.
-No tendrías que haberte quedado –le dijo Big-. Tus padres te van a echar la bronca.
-A mis padres les preocupa más que juegue al League of Legends que encontrarme borracho, y no voy borracho…
-Porque no te dejo… -contestó Big con una sonrisa.
RaistlinM le volvió a señalar con su dedo acusador mientras levantaban sillas y apagaban equipos.
-Eres muy necesario en mi vida tío, que no se te olvide.
-Tú lo eres en la mía.
Big se acercó lentamente a RaistlinM.
-¿Qué? –preguntó el segundo.
Big alzó las manos hasta acariciar las mejillas de RaistlinM, y entonces acercó sus labios para besarle.
-Tío… -farfulló RaistlinM apartándose- Eh… ¿Qué haces, tío?
Big se mordió el labio.
-Estoy enamorado de ti.
-Eh… ¿En serio? No me jodas…
-Sí… -asintió Big tragando saliva.
Raistlin resopló.
-Yo te quiero pero no de esa manera. Te quiero como un hermano.
-Vale… -Big agachaba la cabeza- Pues nada, a partir de ahora tendré que ser Caramon o algo –se rio tímidamente, como aquel que no tiene nada que perder.
-¿No podemos ser sólo amigos?
-No –se sinceró Big-. No puedo ser sólo tu amigo, no ahora.
-Tío…
-No te preocupes. Supongo que esto es la juventud, que te rompan el corazón. ¿Puedes irte, por favor?
-Joder, Big, no quiero irme -rogó RaistlinM.
-No puedo hacer otra cosa, lo siento.
RaistlinM asintió.
-Más lo siento yo –asintió RaistlinM-. Buena suerte…
-Vete, por favor.
Y RaistlinM salió por la puerta.>>

Tercera parte

-Recetas, recetas everywhere… -dijo IrvingVIII observando su plato- Pero siempre acabamos comiendo pasta. Esto es muy típico…
-Lo sé cariño, pero es lo que hay. Tenemos que ahorrar –le dijo su madre poniendo el plato en la mesa.
IrvingVIII devoró su plato rápidamente ante la atónita mirada de su familia.
-Te vas a atragantar o algo… -resaltó su hermano pequeño.
-¡Tengo mucha prisa! –dijo IrvingVIII, masticando espaguetis- He quedado con una amiga.
Su padre abrió los ojos gratamente sorprendido.
-Una amiga, eh… Ya pensaba que serías algo raro después de tirarte tanto tiempo delante del ordenador con tus amigos esos raros...
-¿Está buena? –preguntó el hermano pequeño.
-¿Siempre tenéis que preguntar lo mismo? Hablad con respeto sobre las mujeres –recriminó la madre.
IrvingVIII asintió lenta y pesadamente, como si afirmarlo sólo fuera insuficiente.
-Increíblemente buena.
-En fin… -intercedió la madre, traqueteando nerviosa-. ¿Sabes que no tienes echas las maletas? ¿No pensarás que te las haré yo rápidamente, como siempre? ¡Que te vas mañana!
-¿Por qué no? Lo haces con papá.
-¡No te metas con tu padre! –le dijo él mismo propinándole una colleja-. Y como sea mentira eso y no ganes ya te puedes despedir de las maquinitas.
-Pero si gano querrás aprovecharte de mi dinero…
-Como tú te has aprovechado del mío –sentenció su padre levantando la copa de vino barto.
-¿Te vas ya mañana? –preguntó el hermano pequeño.
-Sí –asintió IrvingVIII acariciándose la nuca-. El partido contra los koreanos lo tenemos el jueves. Hemos entrenado muchísimo durante casi tres semanas.
-No vais a ganar a los koreanos. Ha cambiado el meta, ha cambiado la jungla, y Joke es bueno pero no lo suficiente –afirmó su hermano pequeño con altanería.
-Joke no es tan bueno como yo pero es un jungla brutal. Hace locuras con los nuevos objetos.
-No lo vais a conseguir –afirmó su hermano mareando el tenedor de manera desafiante.
-¿Por qué no?
-¡Porque no, tío! Perderéis y podréis intentarlo en el looser bracket, pero de primeras va a ser que no, quítate la idea de la cabeza.
IrvingVIII dio un golpe sobre la mesa.
-Me largo –dijo el muchacho levantándose.
-Koreanos… -meditó su padre en voz alta.

IrvingVIII salió por la puerta con el corazón en un puño, atravesando las calles de Florencia como si de una selva oscura se tratara. Cada ruido, cada mirada, cada flash de fotografía se clavaba en sus sienes. Sudaba como sumido en un infierno constante, a pesar del invierno que se acercaba.
Por cada paso el tintineo constante del martillo sobre la cuerda se perfilaba en sus pensamientos, luego vino el piano y su elegante vestido negro, luego ella y sus delicadas manos vestidas como ramas del cerezo. Cuando abrió la puerta del bar allí se encontraba ella, en el centro del universo, ignorada por todas aquellas criaturas insignificantes. Pero escuchándola tocando era como si anocheciera, como si la noche no pudiera existir sin su belleza.
-Un café solo –pidió IrvingVIII sentándose anonadado en una mesa cercana.
-¿Vienes a ver a Beatrice otra vez?
IrvingVIII no escuchaba nada salvo a ella. Una composición dulce y melancólica que duraría apenas una hora más pero que, en cuanto terminó, se quedó sola y el arte fue sustituido por las vacuas conversaciones de los feligreses. Él no quiso aplaudir porque jamás aplaudiría tanto como ella merecía.
Beatrice se levantó del asiento y se acercó hasta él.
-Incluso las obras más bellas mantienen un poco de tensión. Perdón por hacerte esperar.
IrvingVIII temblaba de arriba abajo. La mujer perfecta se sentó en su misma mesa, con el cabello recogido y la sonrisa a medio desplegar, a una distancia de él semejante a la eternidad. Por los altavoces empezó a sonar Norwegian Woods.
-Gracias por querer quedar conmigo al final, llevaba tres semanas intentándolo. Me voy mañana a Alemania.
Beatrice sonrió como una maestra entrañable.
-Enhorabuena. Espero que todo te vaya bien.
-Pero…
Beatrice le cogió de la mano.
-Cielo… Tengo veinte años más que tú.
-Pero… pero… -tartamudeó IrvingVIII- Te dije que te demostraría que amo tanto lo mío como tú amas lo tuyo. Te lo dije… Casi me cuesta una pelea con mis compañeros y todo. Pero lo voy a conseguir –asintió angustiado apretando la mano de Beatrice-, llegaré a lo más alto.
Ella, con la otra mano, le acarició la mejilla.
-No te pelees con nadie como yo nunca me pelearé con mi piano.
-De acuerdo, cambiaré.
-Claro que cambiarás. Todo cambia.
-Pero Beatrice… -reaccionó él- Ya soy un hombre, ya sé lo que quiero, ya sé lo que me gusta.
Ella negó levemente con la cabeza.
-No existen los hombres, cielo. Todos sois niños que acabáis llorando en el regazo de una mujer. Tengo que volver al piano. Da lo mejor de ti en Alemania, ¿de acuerdo?
-Pero… -seguía tartamudeando IrvingVIII.
Ella se levantó y le besó en la frente tras pasar a su lado.
-Vuela alto, pequeño pájaro.

La maleta resbaló por la cinta hasta perderse en el interior de la máquina. El billete en mano apuntaba que su próximo destino sería Colonia, Alemania, meditó IrvingVIII tras despedirse de su familia.
-No creo que tengáis posibilidades de ganar –le había dicho su hermano pequeño.
-¿Dudas de mí? –le recriminó IrvingVIII- Soy el mejor adc de Europa.
-Por detrás de Genja.
-Eres pesado con lo de Genja…
-¡Larga vida a Genja!
Soy el mejor, pensó IrvingVIII. Vamos a ganar.
El avión partió a su hora, dejando atrás el infierno de Florencia y sus últimos días para acercarse al purgatorio de sus últimos enfrentamientos. Si ganaban dos encuentros más entrarían en la LCS. Si perdían quedaría una segunda oportunidad, pero él deseaba arrasar con todo, acallar así las críticas en Internet que decían que se lo habían puesto muy fácil pero que caerían rápidamente contra un equipo compuesto por dos koreanos.
-Ignorad esas críticas –ordenó TheOwl semanas atrás-. Pain Gaming, en Brasil, ganó a equipos compuestos por koreanos y consiguió llegar al mundial. ¿Sabes por qué ganaron? Porque independientemente de lo buenos que eran, permanecían unidos.
Unidos, una palabra que había perdido calidad. ¿Sería por su culpa? Desde luego que no… ¿O tal vez sí? Con este último pensamiento se quedó dormido, en una postura imposible.

Cuando el avión aterrizó lo primero que hizo fue ir al aseo a refrescarse. Tras varias horas y todas ellas durmiendo, se había despertado aturdido y desorientado.
En el espejo, tras echarse agua, permanecía aquella imagen de chico alto y delgado con el su pelo castaño corto, perfectamente peinado. Se acarició las facciones rectas y marcadas recordándose que quizás debería comer más.
Pero para tener dieciocho años estoy bastante bueno, se dijo a sí mismo.
Tras recoger el equipaje y demás salió al hall del aeropuerto a esperar a los demás, recordando que no sabía cómo era ninguno de ellos. Irónicamente, un chico pasó delante de él y se detuvo, intercambiando miradas de curiosidad durante segundos.
El chico era algo más bajo que él pero también con más masa muscular, por lo que imponía algo más. De cabello desordenado, oscuro como sus ojos, de facciones más redondas y gesto serio y calculador, reconoció a su amigo.
-¿Alundra?
-Esto es muy derp –se rio Alundra perdiendo toda seriedad, dándose un abrazo.
-¡Hace mucho tiempo desde que nos vimos, eh! –bromeó el italiano.
-Por favor, no hagas ese chiste.
-Mis chistes son buenísimos.
-Sí, y no tan únicos como un italiano en la LCS –recriminó una voz chulesca apareciendo por la puerta de salida.
Pertenecía a un chico rubio y bastante musculoso, de ojos azules y perilla, vestido con una indumentaria imponente en gris y blanco con el escudo de WolfHound en el pecho.
-Joder Owl, estás muy bueno –asimiló Alundra-. No homo.
-No me vengáis con vuestras mierdas.
-Yo quiero una camiseta de esas –exigió IrvingVIII-. Soy el mejor del equipo.
-Claro –asintió TheOwl-, tengo una aquí en el bolsillo para Mister Honesto.
TheOwl metió la mano en el bolsillo y la sacó mostrando el dedo medio.
-¿Nosotros no tenemos camiseta? –preguntó Alundra.
-¿Sois ricos? ¿No? Pues se siente.
-Tu acidez va a acabar matándonos –aseguró Alundra juntando las manos en pose amenazadora.
-Estoy de acuerdo –afirmó un chico bajo, de aspecto jovencísimo y delgado. Su cabello corto, sus gafas, su cara algo redonda, denotaba seriedad y madurez.
TheOwl dio un respingo.
-Coño ZeUS, no me asustes.
-¿Y a mí nadie me saluda?
Junto a ZeUS venía un tipo regordete de cabello claro y ondulado, bajo y de aspecto simpaticón. Era RaistlinM.
Después de abrazarse todos una vez más –con un abrazado más bien tibio entre IrvingVIII y RaistlinM, se preguntaron dónde quedaba el último elemento de su equipo.
-Me pregunto cómo será… -dijo TheOwl.
-Seguro que es un ciborg –bromeó Alundra.
-O un ciborg… O un super ciborg –señaló RaistlinM con su dedo acusador.
-Bueno –llamó la atención TheOwl-, mientras viene me gustaría hablar con vosotros de un asunto importante. Para empezar, os recuerdo el horario. Mañana es jueves. Por la mañana tenemos que probar el equipamiento y todo y por la tarde empieza el partido.
-Lo sabemos, papi –dijo IrvingVIII, con voz aniñada.
-…Tonto tenías que ser… -prosiguió TheOwl- El caso, si ganamos a los koreanos y si ganamos después a los otros, entraremos en la LCS. Y aquí va mi propuesta. Si entramos en la LCS, me gustaría comprar el equipo.
La noticia fue recibida como una contundente sorpresa por parte de muchos. IrvingVIII estaba tan asombrado que no supo cómo reaccionar.
-¿A qué te refieres con comprar?
TheOwl juntó las manos e intentó encaminar lo mejor posible sus palabras.
-A que el equipo pasaría a ser de mi propiedad. Dejaría de ser coach y sería, por así decirlo, el empresario. Mi labor consistiría en buscar patrocinadores, encargarme de buscar a los mejores profesionales para que nos ayuden, pagaros un sueldo además del de RIOT por llevar mi marca, etcétera.
-Yo ya lo sabía –dijo ZeUS-. Me ofreció un buen cuidador para mi hermana.
IrvingVIII no estaba muy convencido con la idea. La marca era de todos y especialmente él se había esforzado por impulsarla. Sin embargo se percató de que Alundra estaba muy interesado, sobre todo por la pregunta que hizo.
-¿Cuánto dinero pretendes pagarnos? Por comprar el equipo y al mes.
TheOwl asintió. En persona se mostraba más dubitativo que con el único dictado de su voz.
-Habría que discutirlo pero…
Alguien le interrumpió.
-Antes tendrás que discutirlo conmigo.
La voz pertenecía a un hombre mayor, de aspecto bohemio, ojeras, pero una mirada juvenil, lo que hacía imposible conocer su edad. Alemán, por su acento, era la única seguridad que destacaban del personaje.
-¿Tú eres JokeInTheHole?
El hombre se rio.
-No, querido. Soy su padre. Este es “Joke” o como os dé la maldita gana de llamarlo.
Tras él apareció un chico delgado y pálido, de cabello oscuro y de ojos profundamente azules, como si te devoraran.
-Llegas tarde –le recriminó TheOwl.
-Un Joke nunca llega tarde ni temprano. Llega justo cuando se le necesita.
-Es él –asintió Alundra.
-Sin duda –afirmó ZeUS sonriendo.
-No entiendo la referencia –confesó IrvingVIII en voz baja.
-¿En serio no sabes a qué hace referencia? –saltó RaistlinM sorprendido.
-¡Siento no ser un niño rata! –espetó IrvingVIII levantando las manos.
-¡Silencio los dos! –gritó TheOwl- ¿Y usted quién es? ¿Qué tengo que discutir con usted?
De pronto escucharon un grito de admiración estallando de la boca de RaistlinM.
-¡Ya sé quién eres! ¡Eres un escritor alemán de novelas de fantasía! Dicen que es el Patrick Rothfuss europeo.
-Podéis llamarme Ende.
-Ni idea de quién eres–asumió IrvingVIII exagerando su falta de perplejidad-. Siento haber tenido una vida normal.
-Sí, supongo que tu vida no abarcará tantas páginas como las de los demás… -murmuró RaistlinM.
-¿Qué has dicho? –inquirió IrvingVIII afilando la mirada.
-Tranquilidad, muchachos –medió ZeUS colocándose entre ambos. A pesar de su baja estatura, su seguridad y determinación le hacían ganarse el respeto de los demás-. Ha sido el señor Ende quién le ha pedido unos minutos a TheOwl.
TheOwl se dirigió al padre de JokeInTheHole.
-Pues hablemos.
-Salgamos fuera, tú y yo, como hombres de negocios –asintió el escritor con sonrisitas y jugando con las manos.
TheOwl se puso firme intentando leer las intenciones en la mirada del hombre.
-Me agotáis entre todos. Vamos.
Y ambos salieron.
El resto del equipo se quedó pegado al cristal esperando escuchar cualquier cosa, sin éxito alguno. Hablaron entre ellos de lo que suponía vender el equipo a una persona, aunque esta fuera un miembro del mismo. ¿Cómo afectaría eso al tema de fichajes? ¿Quién decidiría quién se va y quién se queda? ¿De dónde sacaría TheOwl el dinero? La fama de ricachón del coach de WolfHound era más que conocida por el resto de miembros del equipo, una fama que se había ido construyendo de detalles y de misterios, como aquel día que IrvingVIII y Alundra recibieron en casa un ratón Razer último modelo, pero el inglés nunca confesó que fuera un regalo suyo.
Tras rememorar aquella historia, IrvingVIII se convenció de que el papel de TheOwl no era sólo el de estratega, sino también de preparador del equipo. ZeUS se empeñaba en cuidar de ellos, JokeInTheHole en salvarlos en el último instante, Alundra de no permitir que se rindiera por muy mal que fuera la línea, y RaistlinM era un ejemplo en sí mismo de victoria, pues rara vez perdía una línea.
IrvingVIII se preguntó qué aportaba él mismo cuando apareció un hombre joven, de aspecto informal pero uniformado con el símbolo de RIOT.
-¿WolfHound? –acertó el hombre joven achinando los párpados pero convencido- Soy Riot BushNell. Bienvenidos a Colonia.
Ante la inanición del resto de compañeros golpeados por una ola de realidad, ZeUS le estrechó la mano el primero y los presentó uno a uno. Cuando BushNell le dio la mano a IrvingVIII, éste se vio derretirse de la envidia.
<<Quiero ese polo negro, esa chaqueta, esos vaqueros… Quiero ese nombre delante de mi nombre…>>
Poco después entraron Ende y TheOwl por lo que terminaron de hacer las presentaciones y BushNell les explicó sus planes para ese día.
-Cómo nos dijisteis, sólo necesitáis cinco plazas ya que Joke va en otro coche. Vosotros vendréis conmigo y el señor Ende me puede seguir. Nuestra segunda parada será en el hotel.
-¿Cuál será la primera? –preguntó IrvingVIII rápidamente, dándose cuenta demasiado tarde que había caído en una trampa.
BushNell juntó las yemas de los dedos, con las manos arqueadas.
-Pronto lo sabréis.
-Excelente –asintió JokeInTheHole imitando el gesto.
Subieron a una furgoneta de seis plazas tras dejar las maletas y emprendieron su viaje de camino a un lugar desconocido. Para IrvingVIII fue como sujetarse en una montaña rusa que no paraba de subir y subir a cada minuto que pasaba.
-¿Al final hablaste con tu amigo, Raist? –preguntó ZeUS en medio de la charla de Riot BushNell sobre cómo funcionaría todo al día siguiente, antes del partido.
-¿A quién? –preguntó IrvingVIII extrañado.
-A Big. O BigCaramon –asintió RaistlinM poco convencido-. Sí. Fue extraño pero… valió la pena. Hacía meses que no nos veíamos pero fue como si nunca hubiera dejado de verle. Fue… -se llevó las manos a la cara- Fue un gran amigo, tíos. Creo que lo será siempre. Las cosas han cambiado muchísimo pero es un gran tipo. Yo que sé…
Alundra puso una mano en el hombro del midlaner.
-Todo cambia. Eso no se puede evitar.
-Chicos –interrumpió TheOwl fijando su vista en el exterior–, sois extremadamente Derp para mí.
Sin embargo, esa confesión de RaistlinM supuso para IrvingVIII mucho más de lo que nadie sería capaz de imaginar. Agachó las manos y las notó cálidas durante el transcurso de su corto periplo por las carreteras de Colonia. Él que nunca había salido de su Florencia natal, rodeado ahora de una fauna y una flora completamente distinta. Él que había renegado tantas veces de todos aquellos preseres que habitaban en la retaguardia de sus hogares confinados, según su propia creencia, a no ser nada. Ahora, en ese mismo instante, los necesitaba para sentirse identificado.
Algo estaba roto en su corazón, porque en eso debía consistir la juventud, pero lo que permanecía intacto y necesariamente fuerte era su fe en aquellos que le acompañaban. Jamás los había visto, pero los fue reconociendo uno a uno, y no eran lo que contaban los cuentos de ellos, eran leyendas a punto de ser.
Nada de niños gordos encerrados. Nada de vagos sin amigos. Nada de enganchados a la tecnología, salvo quizás a sí mismos.
-Mirad… -pidió BushNell
Su perspectiva en aquel preciso instante, mientras germinaba a los lejos el Estudio ESL de Colonia, cambió, como todo cambia, inevitable.
-¿Vamos allí? –preguntó IrvingVIII, con la ansiedad de un niño.
-Así es.
-Es más pequeño de lo que creía –confesó TheOwl quitándole importancia.
-Es la cima de League of Legends en Europa, tío. ¡No puedes decir eso! –se quejó RaistlinM, embobado.
-Bah… No quiero acostumbrarme… -siguió el coach.
-Yo sí –dijo ZeUS, observando tranquilamente-. Quiero acostumbrarme. Quiero verla y no sorprenderme. Porque eso significará que hemos llegado… lejos. Lejísimos.
Riot BushNell sonrió.
-Uno nunca se acostumbra. Pero no por League of Legends en sí, sino por vosotros, por la gente que se deja la piel por esta locura, por este sueño de un par de aficionados que se convirtió en algo inabarcable.
Aparcaron en el reservado y BushNell les indicó hacia dónde tenían que ir cuando JokeInTheHole se les unió. Fueron saludando poco a poco a los distintos responsables y jugadores que andaban por allí, preparando la velada del día siguiente.
Al entrar, aparecía oscuro y siniestro, como una prolongación infinita de tubos metálicos, habitaciones, despachos, salas, y escaleras, muchas escaleras. IrvingVIII tomó aliento.
-Subid –les ordenó BushNell amablemente-. Vais a flipar.
-¿Qué hay ahí arriba? –quiso saber RaistlinM.
Pero BushNell se limitó a contestar guiñando un ojo.
WolfHound subió los escalones con las piernas temblando, con el alma al suelo, con el corazón dando gritos. RaistlinM tropezó pero IrvingVIII lo agarró justo a tiempo para que no cayera al suelo, se miraron como unidos por una premonición.
-Vamos –le dijo IrvingVIII-, tenemos que hacer esto juntos.
RaistlinM comprendió que sería lo más cercano a una disculpa que no sólo él, sino todo el equipo recibiría.
Y subieron.
Sobre la tarima, alineados los unos al lado de los otros, contaron las butacas un millón de veces, contaron las distancias entre ambos equipos, contaron las voces que podrían gritarles, animarles, abuchearles. Estaban los seis sobre una estructura gigantesca observando anonadados aquel lugar que tantas veces habían visto plano y lejanos. Ahora era real.
WolfHound estaba sobre el escenario de la LCS EU, con el escudo de League of Legends, en gigante, brillando al fondo.
-Oh My Fucking God… -dijo JokeInTheHole.
Al día siguiente una voz femenina gritaría:
¡BIENVENIDOS AL EXPANSION TOURNAMENT DE LA LCS EU!
Y ellos estarían allí, vestidos con su escudo, ante los gritos de cientos de aficionados.





N. del A., en la versión final de la novela se corregirá que la ubicación de la LCS sea en Colonia, ya que en realidad es en Berlín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario