Supongo que jamás tuve
mucho tiempo de pensar en mí, o no me enseñaron esa fórmula mágica de centrarme
en mí mismo en busca de la locura que mayor pasión me provocaba. Por ello no
culpo a mis padres, ni al mundo, ni a mí mismo, pues fui capaz de alargar la
mano cuando se me brindó la oportunidad. Jamás me hubiera perdonado si no
hubiera sido capaz de ello.
Esta historia comienza
de una forma maravillosa, hasta que te das cuenta de que todos aspiramos a
demasiado y entiendes que luchas por ti mismo. Una historia nunca es tan
sencilla como un héroe y los demás que le siguen, siempre hay un equipo de
personajes muy diversos. Una historia nunca tiene un malo, siempre hay un rival
que te verá a ti con la misma animadversión con la que tú lo miras.
Somos el rival de
nuestro rival. Cuando lo entendí supe que todos somos lo mismo.
Support
Como un adolescente
típico del 2014, no llegaba a comprender tanto término de economía ni política,
pero sí esa desazón que había invadido mi hogar sumiéndolo en un pozo de desesperanza
del que intentábamos salir como fuera, aunque fingíamos los unos con los otros
sonreír más de lo que podíamos.
Mi penitencia era la
escuela, aquel maravilloso lugar donde profesores atestados de recortes
sollozaban entre clase y clase y algunos daban clase de cualquier forma para
poder sobrellevar las aulas repletas de alumnos.
En una de las primeras
clases de inglés la profesora nos emparejó aleatoriamente para que habláramos
de nuestros sueños, de qué queríamos ser de mayor. Pura ironía, pensé. La
maestra se sentó y repasó tranquilamente una revista y nosotros empezamos a
hablar como nos dio la gana.
Me tocó con una chica con
la que apenas había hablado, teniendo en cuenta que tampoco era un conversador
nato.
-¿Tú qué quieres ser de
mayor? –preguntó ella con voz dulce y amable.
-Ni idea.
-¿No? ¿No sabes lo que
vas a estudiar en la universidad ni nada?
-¿Informática?
–contesté dubitativo.
-¡Qué típico!
-Es que no lo sé. No he
pensado mucho en eso. Además, tal y como están las cosas da un poco igual.
Ella chasqueó los
dedos, incrédula.
-¡No es verdad!
–Replicó convencida- Se pueden hacer cosas.
Siempre me gustó su
entusiasmo.
-¿Tú qué quieres?
-¡Pues yo quiero ser
modelo! –saltó por su cuenta, con su sonrisa perpetua.
-¿Modelo?
La chica era
verdaderamente guapa, delgada, con un cabello largo y castaño precioso y una
expresión angelical. Fotogénica, como se podía comprobar en sus fotografías de
Facebook, repletas de blancoynegros, de sombreros, de muecas de seriedad, de
labios rojos…
-¡Sí, modelo! –Afirmaba
convencida e ilusionada- De hecho, mañana tengo una prueba en un centro
comercial.
-Pues… Suerte –contesté
tras meditar unos segundos las palabras adecuadas.
-¡Gracias! Aunque ya sé
que es difícil, pero al menos vale la pena intentarlo. La verdad es que siento
como que se lo debo a mi madre. Su sueño era ser modelo también pero se quedó
embarazada de mí y no pudo ser. ¿Tú qué? ¿Sólo quieres estudiar informática?
-Supongo que sí.
-¿No hay nada que te
guste… así en plan… mucho? –interrogaba con ternura, mesándose los largos
cabellos rizados.
-Lo único que suelo
hacer es estudiar y jugar a League of Legends.
-¿Jugar a League of
Legends?
-Es un juego –empecé
quitándole importancia- en el que tienes que destruir la base rival con ayuda
de otras cuatro personas, cada una con un “monstruo”, o “héroe” o lo que sea.
-Ah.-Se hizo el
silencio incómodo, creyendo que llegaba el momento en el que ella se reiría
totalmente de mí. Pero la respuesta fue diferente-. Pues si te gusta, juega.
¿Acaso a través de sus
palabras intentaba animarse a sí misma?
-Pues eso haré.
-¿Crees que tengo
posibilidades? De lo de modelo.
No era alta, ni lo
suficientemente delgada, ni una niña prodigio de la belleza con esos rasgos tan
de porcelana… No. En aquel momento nadie era capaz de nada.
-Claro –contesté
faltando a mi propia verdad.
-¿Y tú eres bueno en lo
tuyo? En lo de los videojuegos.
-Bueno… -reflexioné- No
soy malo. Me lo tomaba sólo como un pasatiempo hasta que este verano conocí a
un muchacho que me dijo de jugar ranked… para escalar puestos en un ranking
virtual y subí muchísimo.
-¿Muchísimo? ¿Cuánto?
-Pues… Digamos… Del
puesto Trescientos mil al puesto quinientos.
-¡Vaya! ¡Eso es genial!
–gritó alzando las manos.
-¿Siempre eres tan
eufórica?
-Sí –contestó mostrando
sus dientes blancos en una postura afable-. Es más divertido que estar tan
serio como tú, que parece que vas a hacer pucheros en cualquier momento
–gesticuló alargando el morro.
Por alguna razón no
pude evitar reír.
-¿Sólo haces eso?
¿Jugar al juego ese?
Pensé en todos aquellos
momentos en los que mis padres discutían porque mi padre no encontraba trabajo,
en cómo me encerraba y jugaba con la música alta, en cómo me subía la moral
pensar que ascendía de división en división, en las largas horas hablando en
inglés con aquel desconocido jugador que jamás había visto…
No hacía nada más, pero
lo sentía todo.
-Sólo juego.
Laguna. Ella se llamaba
Laguna.
Llegaba a casa y abría
la nevera. Un cartón de leche, unos yogurts, un poco de queso. Abría el
armario. Galletas y alubias en lata. Suspiraba olvidando el hambre y me
conectaba. Me sentaba plácidamente delante del ordenador en un movimiento tan
natural como respirar, comprobando que contaba con los folios suficientes en tu
mesa que cojeaba para hacer los deberes y que la cinta adhesiva se mantenía
fija en el extremo del cable que conectaba con el ratón, aunque llena de
porquería. De fondo, voces televisivas que percibía hasta que tu padre grita
“¿Ya te vas a poner con la maquinita?”.
Cuando la autoridad
paternal insistía era difícil ignorar el mundo que te rodea.
Contesté con la suave
inocencia de un buen hijo, dando la razón al perro que te pide comida.
-Después haré mis
deberes.
Enchufé la música. Una
mujer pixelada cantaba a un pez encerrado en un huevo.
-Y baja el volumen a
eso que vas a despertar a los vecinos.
Quién quisiera
despertar a los vecinos debía estar loco.
Cliqueaba dos veces
sobre el acceso directo a League of Legends. Accedía al cliente, y rápidamente
una ventana con el nombre theOwl se abría con un mensaje en inglés.
TheOwl: ¿Preparado para entrar en maestro?
Alundra: Preparado para intentarlo.
TheOwl: Go go go!
Cada uno de estos pasos
los conocía de memoria, pero los deseaba tanto…
-¿No tienes amigos de
verdad con los que salir a la calle? –me preguntó mi padre, vestido de traje
tras asistir a una entrevista de trabajo, cuando pasé por delante de la puerta
del salón.
-Sí. Pero no suelen
salir a la calle.
-No entiendo nada –y se
sumergió de fondo en las noticias de deportes-. Qué malo eres Messi, qué malo
eres…
Cada día me preguntaba
exactamente lo mismo. Luego me sentaba frente al ordenador y un rectángulo
brillante con el nombre de TheOwl aparecía y a los pocos minutos nos
enzarzábamos en largas conversaciones en inglés sobre el juego. Aunque tenía
cierta base y podía comunicarme sin problema, mi extraño compañero de batallas
insistió en enseñarme incluso a pronunciar bien.
Recuerdo una ocasión
que invertimos tres horas seguidas en la palabra “literature”.
-Enhorabuena,
españolito.
-Gracias a mi maestro.
-Voy a empezar a
cobrarte las clases… -soltó TheOwl con sorna.
-Aquí el rico eres tú,
no yo.
-Estás jodidamente en
lo cierto…
Así y todo, estas
lecciones extras me perjudicaron académicamente.
A la jornada siguiente,
tras una noche jugando con mi compañero extranjero, nos tocó de nuevo con la profesora
de idiomas, que empezó su hora pronunciando lo más básico de la manera más
dudosa posible.
-Jau ord arr llu?
-How old are you?-intercedí, incapaz de morderme la
lengua.
-No se pronuncia así.
Se pronuncia Jau ord arr llu.
Este espécimen era la
misma que la profesora de lengua y literatura.
-La cultura es muy
importante. Como los libros, el teatro, el cine…
-¿Los videojuegos? –preguntó
uno de mis compañeros.
-Los videojuegos no son
cultura.
-¿Por qué?
-Porque no lo son.
En el informe PISA se
denunciaba la falta de capacidad de análisis por parte de los estudiantes españoles.
Me pregunto por qué sería.
Por suerte, no todos
mis profesores eran así. La profesora de filosofía, de aspecto monjil, nos
contaba disparatadas anécdotas sobre los distintos autores. La de biología
hablaba despacio pero soltando chistes y frases memorables que todos sabíamos
que sacaba de internet. El de matemáticas usaba temas de la vida juvenil para
que prestáramos más atención a una materia que todos creíamos sería más recta.
Con quien más queja
tenía era con mi querida profesora de idiomas, por lo que como todos los días
me confesaba ante mi invisible amigo.
-Ignorantes hay en todas partes –señalaba TheOwl hablando por TS, en
medio de una partida de League of Legends-.
Tampoco ha llegado a nada importante si es profesora de un instituto común. ¿En
España no se convertía uno en profesor con unos exámenes?
-Con
unas oposiciones. Como un examen donde se presenta mucha gente. Es muy difícil.
-No
confío mucho en eso.
-¿En
los exámenes?
-En
los vuestros. En los exámenes siempre confío. ¡Cuidado!
En el lado morado de la
calle inferior, flasheé justo cuando Jarvan aparecía con el gigantesco salto
más lanza más flash más ultimate, que provocaba un hoyo en el terreno del que
pude escapar por muy poco. Liberado, combinaba acordes milimétricamente para
lanzar las curas más potentes junto a los ataques más dañinos, capacidad de
Sona, campeona que manejaba a la perfección. Mi exhaust cayó en el ADC contrario,
provocando que los ataques de mi enemigo fueran menos dañinos. La vida de mi ADC,
una Tristana sin maná y sin hechizos de invocador, pendía de un hilo. Con el
crescendo cargado, es decir mi habilidad definitiva, calculé mi movimiento
hasta tenerlos alineados. Sonó el brutal acorde de harpa y los tres enemigos
bailaron apurados mientras mi compañero conseguía escapar.
-Easy. No los he matado porque no me apetecía.
-Tranquilo.
Desde las hierbas
apareció una cucaracha gigante. Una incisiva explosión hizo estallar al jungla
y al carry del equipo contrario, apuntándonos dos muertes y cuatro asistencias.
-Impresionante…
-Es sólo un juego.
Una mezcla de angustia
y euforia recorría mis dedos. De visualizar perplejo la barra de vida de mi
compañero tiñéndose de rojo a saborear el inclemente sabor de la victoria en mi
paladar.
-¿Qué es ese ruido?
-¡PERO CÓMO HACES ESO!
PASA A LA BANDA Y QUE EL CENTRAL SE ENCARGUE DEL BALÓN UNOS METROS CERCA DE LA
LÍNEA PARA PROVOCAR EL FUERA O LA FALTA. LUEGO PASAS AL CENTRAR QUE ES BUENO
REGATEANDO Y TE LLEVAS A DOS POR DELANTE BUSCANDO AL DELANTERO AL ACERCARTE AL
ÁREA. ¡MADRE MÍA QUÉ INÚTILES!
-Mi
padre, hablando de fútbol –le indicaba en inglés.
-Un
hombre bastante pasional.
-Es
típico de España.
-En
Inglaterra también son comunes los hinchas tan vehementes. En ocasiones yo
mismo me suelo alterar de esa manera viendo partidos de la LCS.
-¿Sí?
Nunca he estado muy puesto.
-¿No
te interesa la liga?
-Paso.
Me interesa ser realista.
-¿Qué
significa eso?
-Simplemente
juego.
-¿Si
“simplemente juegas” por qué cada día eres mejor?
-Porque
rondar siempre alrededor de lo mismo es aburrido. Juego, aprendo de mis errores,
y listo. Así los retos son más grandes y más divertidos de superar.
-¿Aprendes
de tu errores? ¿Es que un jugador de League of Legends comete errores?-soltó
TheOwl con basta ironía.
No pude evitar reírme
ante tal comentario.
-Supongo
que hay gente que sabe que no lo hace bien. El resto no me preocupa. Soy yo el
que debe mejorar siempre.
-¿Y
yo no?
-Bueno,
tú pasas un poco de las críticas de los demás. Pero eres buen analista.
-Sí
que es cierto…
TheOwl no era mal
jugador, pero tras cada partido era capaz de sacar una lista de fallos
abrumadora. Me ayudaba a no cometer dos veces el mismo error. Por eso mismo
jugaba con él, aprendía mucho y me motivaba a comenzar otra vez para ver si era
capzar de pulirme a mí mismo.
Más tarde, ese mismo
día, tuvimos varios problemas que nos quitamos de en medio gracias a un Mid
bastante decidido y a una team fight donde conseguí clavar un Crescendo
fundamental. Dos partidas después fallé tantos ganchos con Thresh que creí que
perderíamos la partida por mi culpa. No es mi campeón, y tampoco perdimos, pero
no volví a pickearlo en mucho tiempo.
-Menuda
basura… Report me… -dije abrumado.
-¿Te vas a hundir o algo?
-No, al contrario.
Alterné entre otros
supports un par de partidas más en donde ganamos fácilmente, risas incluidas.
Hasta que llegó ese último encuentro que me dejaría a las puertas de la
división Maestro, a un paso de la liga más alta, con unos justísimos 95 LP.
Para mi sorpresa, un idiota decidió trolear y elegir a Janna como campeón
cuando yo ya tenía marcado a Sona desde el principio. Es decir, dos campeones
support en un mismo equipo no era para nada una buena estrategia, condenándome
así al fracaso.
-Dos supports, por qué no… -señaló mi compañero con desesperación.
En ese momento saqué
fuerzas de flaqueza. Supongo que debió ser por mi buen humor tras muchos
encuentros satisfactorios.
-No
te preocupes, yo me encargo.
Como nadie quería el
Mid, y enfrente me tocaría un Twisted Fate, cambié mis runas y maestrías y me
lancé sin dudarlo a esa línea.
-¡Sona
medio! Claro, porque farmea genial. Es su punto fuerte junto al de escapar de
los ganks.
-Confía
un poco.
-Santa
divinidad del lol…
Aunque normalmente farmear
no era mi fuerte, cierta costumbre tras muchas partidas con dicho campeón me
permitía moverlo y limpiar la línea con suma facilidad, pokeando, esquivando
cartas, disminuyendo el daño, evitando un gankeo demasiado descarado… Además de
que me gustaba el lado azul del mapa.
Al minuto siete alerto
a mis compañeros de que el mid enemigo se ha ido. La línea de bot anuncia lo
mismo. El jungla aliado deambulaba cerca del rojo, por lo que decidió acercarse
al dragón y colocar un Ward. Efectivamente, allí estaba el equipo contrario,
atacando al dragón, con lo que conseguirían sumar una importante suma de dinero
si lo mataban.
El Ward desapareció
rápidamente y la oscuridad volvió a esa zona del mapa.
-Un
objetivo para ellos -rechisté.
-Cuando
yo te diga, salta y haz tu Crescendo –me ordenó TheOwl.
-Vale.
No pensé en contradecir
el plan suicida en el que una Sona se lanzaba contra cuatro y un dragón. Mi
compañero escribió en el juego.
TheOwl: Cuando pinguée como un loco, salta, Lee.
–Indicaba a mi jungla.
Respiramos unos
segundos que nos parecieron eternos. Lee Sin rondaba como borracho por el arco
exterior del dragón, mientras yo esperaba a que
-AHORA
Flasheé dentro del
circulo y lancé mi ultimate una milésima más tarde, en cuanto los visualicé.
Tres de ellos, alcanzados por el Crescendo, se quedaron bailando. Una lluvia de
pings alertó al jungla, que se lanzó con cierta torpeza. Escuché el sonido de
un smite arrasando al dragón. El juego dio un aviso de que alguien se lo había
llevado, sumando su oro a uno de los bandos, pero ahora yo estaba en problemas.
Lee Sin lanzó una
patada y levantó a varios de mis contrincantes hacia atrás antes de huir con
sus propias habilidades, por lo que me dio algo de tiempo para moverme. Sin
embargo, me cayó una carta amarilla de mi rival Twisted Fate, provocando que me
quedara aturdido durante unos segundos.
-Mierda… -me lamenté
adivinando mi final.
Un tornado levantó a
todo el equipo contrario, y una corriente de aire los apartó de mí. Janna, la
trol idiota, me salvaba la vida y me permitía ganar vida cuando recuperé la
capacidad de moverme, pero no era suficiente. Entonces TheOwl, con Tristana en
sus manos, lanzó su cañonazo y desplazó a varios de los enemigos hacia atrás.
Un escudo del support y el mío propio me permitieron salir de allí a salvo por
la mínima.
-Uf… ¿Y el dragón para quién ha sido?-pregunté con el corazón
latiendo a mil por hora.
-Para
nosotros, support-mid-carry.
-EPIC.
Con algo de dinero
extra y buenos movimientos, fui capaz de destrozar a mi rival, así como el
resto de las líneas, por lo que ganamos con facilidad. Tras ese encuentro me encontraba
a un punto de entrar a la división Maestro, pero eran las cuatro de la mañana y
debía despertarme temprano para ir al instituto.
-Muy
buena –me repitió mi compañero-. ¿Para cuándo lo de competir?
Me reí.
-Nunca.
Buenas noches.
-¿Ya estás casi en
Maestro? Menudo verano te has pegado… Ni habrás visto la LCS ni nada –me
comentó un compañero de clase mientras deambulaba, zombi, entre descansos de
clase.
-No suelo ver esas
cosas.
-Pues estuvo muy guapa.
Molaría ser comentarista de esas cosas. Lo intenté una vez enviando un vídeo a
una página española que buscaban caster, pero nada. ¿Y tú qué? ¿Vas a fichar
por algún team? Fnatic Alundra. Aunque no creo que le quites el puesto a xPeke
ni de coña.
-No sé quién es ese.
-¿En serio?
El compañero continuaba
con su charla cuando me bloqueé del todo. Rodeado de pupitres, de adolescentes
con los móviles en alto haciendo fotos, de cientos de hojas volando al grito de
“quién puede dejarme estos deberes”. Ensordecido por el cansancio todo pasaba
más lento pero inconsciente. Qué efusividad de habla la de mi compañero, cuánto
sabía sobre el competitivo. ¿Sabrían los demás tanto o lo mismo? ¿Cuánto sabía
yo?
-Gud monin –saludó la
profesora de inglés.
-Gud monin –repitieron mis compañeros.
-Nau güi goin tu oupen de buc fo de peich certin and afte fo de peich
certiseven
-Now we’re going to open the book for the page
thirteen and then for the page thirty seven –Me quemaban los
oídos, fui incapaz de evitarlo.
-No, no se dice así.
-Sí se dice así. Tú lo
estás diciendo mal.
-¿Cómo?
Mis compañeros se
giraron a mirarme en silencio, con una profunda turbación pícara en sus
rostros.
-Que lo pronuncias mal
–Repetí-. Now es Now, no nau.
-¿Tú te crees inglés o
algo?
-Pues no, pero al
parecer hablo con más ingleses que tú.
Las risas acalladas
inundaron la clase.
-Seguro que aprendes
mucho inglés jugando a videojuegos.
-Al menos soy mejor en
los videojuegos que tú dando clase.
-Co-co-co-combo breaker.
No recuerdo si en ese
momento hubo gritos, o risas, o simple e insignificante silencio, pero me
marché a casa con una amonestación por faltarle el respeto a la profesora. Lo
que no esperaba era la reacción de mis padres.
-Si tan listo eres,
¿por qué no te haces profesor de inglés? –me dijo mi padre mientras se
arreglaba para ir a una entrevista de trabajo, con el traje a medio vestir.
-Pues yo le he oído
hablar inglés… O algo… -argumentaba mi madre.
-No, no, si yo también.
Pero hemos criado un hijo tonto, o ha nacido tonto. ¿Por qué discutes con una
profesora?
-Porque lo estaba
haciendo mal –comenté.
-¿Tú te crees que yo puedo
discutir con un jefe? ¿A qué no? Pues ya está –apuntó mi padre.
-Hijo, tú dile que sí y
agacha la cabeza. –dijo mi madre.
-Por dentro ya te cagas
en su puta madre.
-Qué bruto eres,
Antonio.
-¿Es que es mentira?
Así funcionan las cosas. Intenta robar sin que te pillen. E intenta cobrar sin
trabajar.
-¡No le digas esas
cosas al crío que está en una edad muy sensible!
-¿Qué prefieres? ¿Que
juegue a los videojuegos? No sé cómo se va a ganar la vida con eso.
Ladrón antes que
jugador. Indulto parental inesperado. Con esa conclusión preparé las dos o tres
tareas del instituto meditando en lo sucedido ese día. Por mi cabeza exhausta
empezaron a deambular distintos conceptos, como la scene competitiva de League
of Legends, lo de cobrar de los videojuegos, lo de ganarme la vida, lo de
agachar la cabeza… Un cúmulo de ideas me atropellaban y TheOwl no había vuelto
de la universidad o de la empresa de su madre, por lo que me tumbé moribundo
sobre la mesa y busqué vídeos para reírme.
Empecé con vídeos de
gatitos, algo que siempre me subía la moral y que se convirtió en mi droga,
hasta que de repente vi un vídeo de League of Legends, de un muchacho
ejecutando estrategias y combos bastante curiosos. Luego encontré otro de unos
coreanos en su liga profesional en donde realizaba ganchos imposibles con
Thresh y con Blitzcrank, gastando varias horas en intentar entender su
maestría.
Hubo un momento en el
que apareció, en los vídeos sugeridos, uno del tal xPeke, y las palabras de mi
amigo volvieron a mi mente.
No supe al cliquear en
el enlace que no estaba preparado para lo que venía. El tal xPeke con Kassadin.
Recordé haber escuchado algo de eso tiempo atrás. La partida rozaba el minuto
51. Los gritos del público se mezclaban con los de los comentarios ingleses,
efusivos, profesionales.
-Fnatic
los está retrasando. SK ha perdido dos inhibidores y van a tener que cargar con
todo contra esos súper súbditos de la base. Lo podéis ver, ahí está, FNC xPeke
intenta tomar el Nexo desesperadamente, SK Kev1n va a intentar detenerlo…
-Oh
Dios Mío…
-FNC
Peke está intentando destruir el nexo. ¿Es que nadie puede hacer nada para
pararlo? El nexo está muy bajo… SK está sobre las torretas del nexo. ¡PERO PEKE
LO HA CONSEGUIDO! ¡NO ME LO PUEDO CREER! ¡SE HA METIDO AHÍ SIN DUDARLO! ¡FNATIC
SE VUELVE LOCO! ¡QUÉ PARTIDA, AMIGOS!
-¡Es
lo mejor, lo mejor, lo mejor que he visto en toda la historia de League of
Legends!
Los pelos como
escarpias. Recuerdo la sensación de Kassadin golpeando una y otra vez el nexo,
esquivando las hachas y saltando en el momento preciso para llevarse la
partida. Gente a la que después le he ido enseñando el vídeo me ha comentado
que, aunque no entiendan nada, les resulta emocionante.
Emocionante.
Durante el resto del
día y de la noche estuve viendo vídeos y leyendo artículos sobre las
competiciones, sobre los deportes electrónicos, sobre sus orígenes y sobre sus
días más recientes.
Desde el primer y
anodino campeonato mundial hasta la gran final de la S4 en Korea, que sucedería
poco después. Las gradas llenas de gente con gorros de Teemo o de Rammus, los
gritos de emoción, las anécdotas en las largas pausas, los épicos 1v1, los
robos de Barón Nashor, las team fights frente a Dragón, las rotaciones, los
picks troll, los bans troll… La decepción, la victoria.
-Estás
muy callado hoy, ¿no? –me comentó TheOwl al conectarse,
rozando la medianoche.
-Estoy
viendo unos vídeos.
-¿Porno?
-No.
Bueno, supongo que para ti algunos lo son.
-Me
siento perdido.
Le pasé el link del
1v1, Zed vs Zed, en la S3, donde un Zed full vida se lanzó contra un moribundo
Zed y al final ganó el moribundo tras un despliegue de skill impresionante.
-Porno
del bueno. Eso no es sólo skill, es sangre fría –apuntó
mi compañero.
-Si
no se te da bien algo, no llegas a ninguna parte.
-Aunque
a veces se te dé bien algo, no llegas a ninguna parte. Si te quedas en tu casa
esperando que alguien aparezca y te diga “eh tío, eres muy bueno en esto, toma,
un cheque de 30.000 libras”. Pues no, eso no sucede. Lo que cuenta es el
esfuerzo y el hacerse notar. Hay demasiada gente mediocre en la televisión
porque se hace notar más que los genios.
-No
es tan fácil.
-Gilipolleces.
Tristes españoles, siempre llorando. Desde la Armada Invencible no levantáis
cabeza. Si tú quisieras podrías estar en un buen equipo profesional.
-En
dos.
-No
se puede por normati… Ah, era una ironía. Genio.
-¿Por
qué no te apuntas tú a un equipo, Owl?
-Porque
mi ingenio no cabe en ningún team. Tú, que eres muy bueno, deberías empezar a
planteártelo.
-Yo
no soy bueno. Simplemente no me altero.
-¿Has
visto la hora que es?-dijo TheOwl con un toque de
teatralidad-. Son las no voy a gastar mi
tiempo consolando al inconsolable. ¿Jugamos o prefieres rallarte un rato porque
tu camisa blanca no es tan blanca y te sientes una mierda?
-Creía
que los ingleses eran finos.
-Creía
que los españoles tenías cojones.
Esa noche subí a
Maestro sin sentir absolutamente nada parecido a lo que me habían transmitido
esos vídeos pero con un pensamiento que me mantuvo despierto y sonriendo
durante unos minutos.
“Molaría estar ahí,
¿no?”
-¿Qué tal lo de modelo? –Le pregunté extrañamente
eufórico a Laguna, recordando que había hecho las pruebas la tarde anterior.
-¡Ah! No ha habido
suerte. –Se echaba el cabello por encima de las orejas-. No soy lo suficientemente
alta. Por tres centímetros.
Sentí como un
martillazo en mi pecho, como una ventana que se rompiera y te absorbiera la
fuerza del espacio. Por tres centímetros, aseguraba siempre sonriendo,
brillando como su collar.
-Lo siento.
-¡No pasa nada! La vida
es así. ¡Tú enfréntate a todo como te enfrentaste a la profesora y llegarás muy
lejos!
La abracé. No recuerdo
todavía el por qué, pero ella me lo devolvió como abandonándose. Fue un abrazo
triste y comedido que ninguno de los dos comprendimos.
Perdí el resto del día mirando
a través de la ventana y sin embargo aprendí como el que más. Dibujaba
estadísticas en los folios basándome en los datos que sacaba de internet de
objetos y campeones de League of Legends. Al final me junté con una gran
cantidad de datos y prácticamente nada de apuntes del resto de las asignaturas.
Inconscientemente las
hojas se fueron rellenando como si mi capacidad de prestar atención hubiera
sido desconectada. Lo importante era dedicar esas horas insignificantes a algo
de provecho, y me subconsciente reaccionaba por encima de mí. Unos se mandaban
notas, otras dibujaban círculos eternos en los folios…
-¿Qué estás haciendo?
–preguntó el profesor de matemáticas.
-Unas… -desperté como
de un sueño, encontrándome en medio de una clase de demasiadas personas-
estadísticas. Unos cálculos.
El profesor levantó las
hojas y las observó por encima de las gafas.
-Están muy buen
–comprobó el profesor-, pero ese no es el tema que nos toca. ¿No te parece
interesante el álgebra aplicado a las canciones de One Direction?
En mi lugar contestó
uno de mis compañeros.
-Es que siempre traes
cosas para las chicas…
-¡Serás mentiroso! –saltó
una de mis compañeras, totalmente indignada- Estamos casi todos los días con el
fútbol…
A pesar de que la clase
de matemáticas era una de las que más disfrutaba, durante aquellas dos horas
era otra persona incapaz de seguir a buen ritmo la lección. A escondidas, seguí
puntualizando los cálculos, creyéndome libre de todo castigo mientras el
álgebra y otras fórmulas se iban aplicando a las canciones desglosadas de One
Direction.
Suspiré creyéndome
libre de todo castigo, pero al terminar la clase me pidió que esperara.
-¿Me podrías dejar un
segundo las estadísticas y los cálculos que has hecho? Los que no son de clase.
Un tanto cansado, saqué
los folios y se los entregué.
-¿Diez folios?
–preguntó, frío y neutral, falto del tono chabacano que le caracterizaba.
-Perdón –y le entregué
tres más.
-¿De qué es esto? Daño,
Health Regen… ¿De qué trata?
-Pues es de un
videojuego.
-¿El lol ese? –disparó
a quemarropa mi profesor.
-¿Sí…?
-Mi hijo mayor juega. Mucho.
Pero yo no entiendo nada –Comentaba analizándolas lentamente, pasando un dedo
por cada resultado-. Además de que debería castigarte por no prestar atención
en clase.
-Ah…
-¿Podrías
explicármelas?
-Pues son sobre el
juego, sobre cómo evoluciona una partida, sobre los problemas de gold, de
damage… De oro y de daño… De qué conviene mejor comprar, cuándo, por qué…
Basado en estadísticas.
-Razones matemáticas
aplicadas a un videojuego –su frialdad me asustaba de tal manera que no sabía
si me castigaría de por vida o sólo me preguntaba por curiosidad.
-Bueno… Es programación
-argumenté temeroso-, y en la programación hay mucha matemática, sobre todo en
estas cosas.
-Entiendo. ¿Me podrías
hacer una copia?
Al día siguiente las
clases de matemáticas consistían en gráficas y estadísticas y cálculos usando
mis folios sobre el League of Legends. Muchos de mis compañeros jugaban, por lo
que les resultó muy curioso y se nos pasaron las horas volando. Laguna
gesticuló preguntando si eso era sobre el juego que le hablé, y al afirmárselo
aplaudió con palmadas silenciosas.
-Sin embargo –dijo en
una de las clases, unos días después-. Aquí hay una cosa que está mal.
Un pequeño fallo en uno
de mis cálculos. Una tontería insignificante que modificó nimiamente una
gráfica, alterando el orden de prioridad de varios objetos.
Cuando vi como el
profesor de matemáticas cambiaba el resultado, comprendí que debía llegar a
casa lo antes posible para comprobarlo. Era como una agobiante carga imposible
de soportar, por lo que cuando salió el timbre hui de allí como disparado por
una pistola.
Al conectarme a League
of Legends TheOwl me estaba esperando, por lo que no tardé en contarle la buena
nueva, aunque su respuesta fue demasiado…
-Me parece estupendo. Haremos una fiesta por ello –señaló TheOwl, fingiendo emoción.
-Vamos
a jugar, que quiero probarlo.
-Espérate
un poco, que vamos a jugar con unos amigos.
Por suerte no tardaron
en unirse. En lugar de venirse él conmigo a la botlane, me acompañó uno de
ellos. Entre los dos destrozamos todas y cada una de las líneas que
encontramos, y aunque veía algo delicado al muchacho, nos entendíamos
correctamente a base de pings.
IrvingVIII: Juegas bastante bien, aunque no tanto como
yo.
Alundra: Los de enfrente eran un poco malos.
IrvingVIII: Hazme un favor y crécete un poco, porque si
no, cuando tengas mayor presión te vas a hundir.
Alundra: He jugado ya contra Challenger y todo. No
me preocupa.
IrvingVIII: Quiérete un poco más. Yo le he hecho
pentakill a un equipo de challenger.
Alundra: Eso está muy bien.
IrvingVIII: ¿No me crees? Estoy muy OP.
Alundra: Y seguro que volverás a hacerlo.
Disfruté mucho ese día.
Eran unos amigos simpáticos provenientes cada uno de un país distinto pero con
ganas de divertirse. Dibujándonos, parecíamos un grupo de chiquillos en la
playa, construyendo castillos de arena.
Aunque nuestra
intención era que nadie destruyera el nuestro.
Los días avanzaron y el
mundo real perpetraba su continuidad molesta y sencilla. Las clases de
matemáticas con mis hojas de League of Legends habían acabado y asaltábamos
otras lecciones usando al fútbol u otros grupos de música populares. En
filosofía aprendimos las mil y una locura de Nietzsche, y en Biología frases más
bien típicas del club de la lucha que de ciencia. Sin embargo, había una materia
en donde no avanzábamos ni con esfuerzo.
-Quiero que me
escribáis –comenzó la profesora de inglés- para cerrar ya este tema sobre
nuestros sueños y nuestro futuro qué es lo que quiere hacer vuestro compañero.
Así que os dejaré otro rato para que recapituléis. Os pondré nota, ¿eh? Si
luego no os gusta la nota que os he puesto es porque definitivamente no os
merecíais más –se refería a mí. De hecho me clavaba las pupilas con ese odio
enfervorecido típico de los divorciados.
-Te odia –me comentó
Laguna.
-Es lo que hay
–apunté-. ¿Qué tal estás?
-¡Bien! Estoy buscando
otras cosas para presentarme en lo de modelo. He visto que las hay de mi altura
e incluso más bajas. Lo importante es tener carisma.
-Hay modelos que se
drogan, podrías intentarlo.
Se rio melodiosamente.
-Pero es que para eso
hace falta dinero.
-Vale, ahí me has
pillado.
-¿Y tú? ¿Vas a ser
informático o vas a seguir jugando?
Fruncí el ceño un tanto
contrariado.
-¿Es que se puede
elegir?
-¡Pues sí! Resulta que
mi hermano juega eso y las gráficas de la clase de matemáticas le sirvieron de
mucho. Me dijeron que eran upa o algo así.
-OP.
-¿OP? Ni idea. ¿Qué es
eso de OP? –Volvió a reírse risueñamente- Me preguntó si tenía al nuevo
“froguen” en mi clase, y que esa gente ganaba mucho dinero. ¿Cuánta gana un
jugador profesional?
-Según estuve
investigando, la compañía te paga 3000€ al mes. Pero puedes recibir otros
ingresos.
Laguna apretó los
labios pícaramente.
-Así que has estado
investigando…
-No te líes. Haré
informática y me moriré a los ochenta años como una persona normal y corriente.
-¡Inténtalo!
-¿Lo de informática y
morir como una persona normal y corriente?
-¡No! –negó moviendo su
cabeza de voluminosos rizos como una niña pequeña.
Antes me hago soldado y
me monto una base militar en una isla –solté sonando un poco a mi amigo TheOwl.
-¿Por qué no lo
intentas?
-¿Pero tú sabes cómo se
hace?
-No. Pero si te gusta,
inténtalo. Yo lo intento.
-Tú eres tú y yo soy
yo.
-Eres un arisco –señaló
con simpática sorna.
-No lo soy. Te animo
amablemente a que te presentes a todas las cosas de modelo que quieras.
-¿Incluso a las de ropa
interior? –Gesticuló como una actriz de cabaret de los 70- ¿Sería sexy una
sesión de fotografías mías en bragas y sujetador de lujo?
Me esforcé por dar mi
cara más plana y fría.
-¿Sin tetas? No.
-Tienes razón. Con esto
sólo podría ser una modelo profesional.
-Pues adelante. Pero
nada de ir a Mujeres y Hombres y Viceversa.
-Sólo si tú me prometes
que lo intentarás.
-Por alejar a alguien
de ese mundo peligroso, lo que sea.
Por algún motivo que
desconocía, gané todas y cada una de las partidas que jugué en los días
siguientes. A mis ojos, el juego se presentaba mucho más profundo y complejo:
Una ingente cantidad de datos deambulaba ordenada por toda la Grieta del Invocador.
Aprendía los patrones de mi línea enemiga, por lo que era fácil cazarlos con la
burbuja de Nami o la jaula de Morgana.
Jugué con IrvingVIII,
otro amigo de TheOwl que jugaba top llamado ZeUS y la hermana de éste, que
aunque era un poco mala, entre todos conseguíamos conducir la partida hasta una
victoria aplastante.
Luego se marchó la
hermana y apareció uno de los mejores jugadores de medio con los que yo jamás
había jugado hasta entonces, especialista en asesinos ap y con una velocidad de
reacción increíble, aunque se obsesionaba demasiado con su línea, la cual
siempre dominaba. TheOwl, que apareció más tarde, le dijo exactamente lo que yo
pensaba, tras habernos observado en modo Espectador.
-RaistlinM,
soy incapaz de hablar de tus grandes, implacables, e inexistentes rotaciones.
Aunque cada uno
proveníamos de un lugar diferente, nos entendíamos en inglés.
-Me
encantan los sarcasmos. Hago lo que puedo, Owl.
-Me
importa muchísimo que te encante.
-¿Sólo
tienes eso para mí? –Respondió rápidamente RaistlinM- Venga, por favor, quiero más.
-Olvídalo.
-No,
por favor, dame más Owl, lo necesito.
-Que
me dejes en paz.
-Hemos
ganado, ¿no?
-Retard.
-¿Flameando?
Report.
Entonces, tras analizar
los datos de la partida en el historial, me metí en la conversación.
-RaistlinM, tu diferencia de oro con respecto al jungla, el mejor del
equipo contrario, no era mucho sobre el minuto nueve, porque lo único que
hacías era pushear matar y matar, por lo que cada vez te daba menos oro,
poniendo en peligro así al equipo… Si no hubiera sido porque IrvingVIII y yo
hemos tirado la línea rápido, ese Kha Zix se podría haber vuelto imparable e
incluso podría haber sido un problema para ti.
-DERP –fue la contestación que recibí por parte de RaistlinM.
-Totalmente –continuó el top.
-Me
he puesto un poco cachondo con esa explicación. No Homo –añadió
RaistlinM.
-Yo
le he enseñado a hacer esas cosas. Yo y nada más que yo –se
defendió TheOwl.
-¡Vale,
me agobiáis!-Saltó RaistlinM- Empezaré a rotar más.
-Más
que 0… -sentenció TheOwl.
Salí de la habitación a
por agua, sorprendiéndome al ver a mi padre frente a la televisión, con el
traje a medio quitar, y un programa que jamás en su sano juicio lo habría
dejado más de cinco minutos, pues trataba de política.
Congelado en el marco
de la puerta, sólo me salió preguntarle una cosa:
-¿Se le han acabado las
pilas al mando?
-No –me contestó con
dejadez.
-¿Por qué sigues con el
traje?
-Pues yo que sé, porque
soy idiota.
-¿Vienes de una
entrevista de trabajo?
-Sí –me contestó con
más dejadez incluso- Soy demasiado viejo para este mundo laboral –dijo con los
ojos bien abiertos, ausente-. Panda de hijos de puta. Por cierto, ¿tú fumas?
La pregunta me pilló
completamente desprevenido.
-No –respondí con total
sinceridad.
-Vaya… Me compré tres
paquetes de tabaco prometiéndome que sólo fumaría tras una entrevista de
trabajo. Se me acabaron hace mucho.
Algo dentro de mí se
hundió, y pasé mucho frío.
-No te preocupes. Sigue
intentándolo.
-Siento si no podemos
darte más –reconoció sin apartar la vista de la televisión.
-Tengo todo lo que
necesito ahora mismo. ¿Y tú?
Mi padre se encogió de
hombros.
-Me conformo con que
gane el Madrid.
-Raúl selección.
-Raúl selección
–vitoreó.
Al volver a mi
habitación me senté en la silla y deslicé los cascos colocándolos perfectamente
sobre mis orejas. Discutían mis compañeros de juego sobre una tontería que no
llegaba a comprender. Quien más atacaba era, como siempre, TheOwl, aunque
apenas jugó con nosotros, hasta que apareció otro muchacho, amigo de ellos, que
se adueñó de la jungla y sólo hablaba haciendo referencias a películas o
videojuegos.
-Sayonara, baby.
O:
-En esta grieta seguimos las leyes de la TERMODINÁMICA.
O:
-I am the danger!
No recuerdo a qué hora
me acosté. Sólo perdimos una partida, y queriendo.
-Professional LCS
Troll.
-¿Ese
no es Darien?
-Rip
Darien.
-Rip
en Peperino.
No recuerdo quién decía
qué. Fue un caos profundamente armónico.
-Un 3 –gritó la
profesora de inglés dándome mi redacción el primero.
-¿Perdón?
-Gramáticamente está
bien, pero la redacción es muy pobre.
Levanté una ceja
completamente contrariado.
-No lo entiendo.
-Pues que lo de modelo
no es futuro ninguno. Os preguntaba sobre trabajos. Si habéis estado
coqueteando en medio de un ejercicio no es mi culpa. La próxima vez habláis de
cosas serias.
Laguna levantó la mano,
aunque no esperó a que le concediera la palabra.
-Profesora, es que es
lo que quiero- se defendió la chica con vehemencia.
-¿Quieres ser modelo?
–espetó medio riéndose.
-Sí, profesora.
-De verdad, eso no es
ni una profesión.
-Pero es lo que yo
quiero.
Unos cuantos cables
chisporrotearon dentro de mi cabeza.
-¿Qué le ha puesto a
ella en su redacción?
-Un cero. Porque eso de
jugador de Li o no sé qué no sé de donde te lo has sacado.
-League of Legends
–saltó otro compañero desde el fondo de la clase.
-¿Y por qué mi amiga no
puede ser modelo? –quiso saber una chica.
-Eso, ¿por qué no? De
verdad estas viejas… -maldijo otro chico.
-¿Qué habéis dicho?
En ese momento ataqué
por instinto.
-¿Cuál fue su sueño que
nunca se cumplió y le hizo ser una mujer tan amargada?
La profesora se quedó
callada, junto a mis compañeros. Sólo escuché una vocecilla colándose entre
todas diciendo “An enemy has been slain”.
-Profesora –se
interpuso Laguna-. Le digo de verdad que ese es mi sueño y eso es a lo que
quiero dedicar mi vida. Y él quiere dedicar su vida a eso. No nos inventamos
nada. No hay coqueteo ni nada, de verdad. Entiéndalo, por favor.
Lo entendió tan bien
que nos envió a los dos al despacho del director, el cuál entendió
prácticamente lo mismo que mi profesora. Nos dijo algunas tonterías sobre las hormonas
y que nos ponía una amonestación. Tras tanto drama se hizo tan tarde que nos
tocó esperar en el patio hasta que terminara la clase. En un momento entrecruzamos la mirada y nos
fue imposible aguantar la risa. Nos tumbamos en el césped y ella apoyó su
cabeza sobre mi hombro.
-¿Fumas? –preguntó
sacándose un paquete de tabaco del bolsillo.
-Pues no. No sabía que
tú fumaras…
-Ya sabes, si quiero
ser modelo tengo que drogarme… Y si tú quieres ser deportista profesional no
puedes.
-Gracias por
entenderlo.
-¿Crees que el mundo es
una mierda?
Me tomó unos segundos
meditar la respuesta.
-No. Creo que está
lleno de gente que aspira a demasiado mezclada con gente que no quiere
esforzarse por aspirar a demasiado y que son profesionales en joder a los
demás. Hay que ser un poco coherente: Si quieres algo, esfuérzate. Pero nunca
podrás ser Superman, y nunca sabes quién podrá ser el próximo Batman. El caso
es que tanto unos como otros están todo el día provocando disturbios. Por eso a
veces es un poco horrible lo de vivir.
-¿Disturbios?
-Follones, como diría
mi padre.
-¿Tú vas a intentarlo?
-Mira –respondí con
sinceridad- Necesito un equipo, con gente con talento, decidida, que se
comprometa, y engañarme a mí mismo haciéndome creer que tengo posibilidades. La
verdad, me conformo con haber llegado tan alto en los rankings. ¿Y tú?
-Sí. Si no me meteré a
actriz porno.
-Tienes unas salidas
que me pillan desprevenido.
-¡Gracias! Pero
prométeme que lo intentarás.
-Eres muy pesada…
-Tú eres muy arisco
–entonces me besó en la mejilla-. Pero me caes bien.
El humo ocupó toda mi
visión cuando sonó el timbre que indicaba la siguiente clase. Ella aplastó el
cigarro mientras me sacudía la hierba, como si hubiera estado oculto allí
durante décadas.
-Creo que sí que quiero
uno –le dije recordando.
Al llegar a casa busqué
a mi padre, hallando sólo el traje tirado sobre la cama. Mi madre a aquellas
horas seguiría limpiando casas por cuatro duros y sin contrato hasta que anocheciera,
por lo que me senté una vez más frente al ordenador.
Tras conectarme al
cliente me agregó un chico que desconocía completamente. Resultó ser el hijo de
mi profesor de matemáticas.
Copernico: Tus gráficas
son la leche.
Alundra: Sólo son
paciencia.
Jugué un par de
partidas con él temiendo que mi nota se viera perjudicada si me negaba. El
muchacho no era malo, pero hacía lo que podía, sobre todo flamear.
Alundra: ¿Por qué
flameas?
Copernico: Porque son
muy malos.
Alundra: ¿Flameando vas
a solucionar algo?
Copernico: No tío pero
por lo menos me desahogo.
Alundra: Entonces se
pondrán más nerviosos y jugarán peor.
Copernico: Van a seguir
manqueando igual…
No me extrañaba. Además
de que la diferencia de divisiones entre el muchacho y yo era demasiado
abismal: De maestro a plata IV.
Copernico: Mi padre
también me dice que no sirve de nada enfadarse. Que si no puede ser otra vez
será, que hay que seguir intentándolo.
Alundra: Es un buen
consejo.
Copernico: Ya, pero no
le ha servido de nada. Él quería ser un gran matemático y mira, profesor de
instituto.
Alundra: Algo es algo.
Copernico: Para
quedarte a medias no hagas nada.
¿Cuánta razón soportaba
esa frase?
Más tarde aparecieron
TheOwl y compañía, esta vez con una pequeña proposición.
-Arrasamos tanto que es aburrido hacerlo en Draft o Blind pick-dijo
TheOwl-. Lo haremos en clasificatoria.
Preocupado por donde
estaría mi padre acepté sin pensar la invitación al equipo de clasificatoria. A
medida que avanzaban las partidas, me di cuenta de que me preocupaba no sólo
por él, sino por mi madre que limpiaba los suelos y las babas de ancianas cuyas
familias no querían preocuparse. También por Laguna y su exhaustiva búsqueda de
un casting que le favoreciese mientras se preguntaba que había hecho ella para
desear algo a lo que, literalmente, no alcanzaba. O por mi profesor de
matemáticas, que lejos de encolerizarse por mi falta de atención disfrutó y
entendió que podían ser útiles las anotaciones de un muchacho.
-Si seguís jugando así podré tomarme unas vacaciones –dijo TheOwl,
que se había mantenido como espectador y analista en las cuatro partidas.
Con esas palabras caí
en la cuenta. TheOwl, quien jamás jugaba y simplemente veía nuestras partidas y
las comentaba. Entré en mi perfil y repasé los últimos partidos del equipo de
clasificatorias: WolfHound. No era un equipo recién creado, sino uno que ya
llevaba varios meses compuesto por mis otros cuatro compañeros y por él mismo,
pero no en la posición con la que yo empecé con él, sino otra muy distinta.
-TheOwl, tú no eres adc –señalé angustiado-. Tú eres support.
-Soy de todo un poco. Un maestro de la pluralidad –se defendió.
El resto de compañeros
se mantuvieron al margen.
-¿Te
estoy robando tu puesto?
-Te lo estoy prestando. De manera altruista.
-¡No
me jodas Owl! ¡Tú has jugado de support con este equipo ciento tres veces!
-¿Sabes
contar más de 100? Creía que España tenía déficit académico en matemáticas.
-Déjate las tonterías.
-Mira niño, conmigo llegamos hasta platino. Hemos analizado mucho,
muchísimo cada partida y el problema era yo, que no era lo suficientemente
bueno. Así que nos pusimos a buscar otro support. Es más, me puse yo a buscar
otro, porque estos idiotas de aquí no querían saber nada de eso. Así que te
encontré y estuve viendo hasta donde podías llegar: Eras un perro vago pero ahora
eres un perro guardián. Contigo arrasamos.
-Pero
te estoy quitando tu posición.
-No
me vengas con esas. Soy mucho peor que tú. Contigo podemos llegar al Expansion
Tournament. Yo me quedo de coach.
-Pero…
-Es
puro egoísmo –me interrumpió TheOwl-. Conmigo no podemos llegar a la LCS. Contigo
sí. Ahora puedes quedarte llorando y gimoteando “le he quitado el puesto a mi
amigo” o puedes hacerle un favor y quedar entre los cuatro primeros puestos del
clasificatorio para optar a una plaza de la liga. Tú eliges.
Escuché un portazo y
desconecté sin pensar. Al salir al pasillo me encontré a mi madre agotada
arrastrándose por el pasillo. Le cogí las bolsas con los productos de limpieza
y la ropa, y las dejé donde ella siempre solía.
-Voy
a ponerte el calentador.
Mi madre levantaba la
cabeza contrariada, y me echó una mano cuando comprobó que no tenía ni idea de
lo que estaba haciendo. Apenas pude encender la cerilla. Ella lo hizo a la
primera y sin pestañear.
-¿Qué quieres de cenar?
–preguntó mi madre con bolsas gigantes bajos los ojos.
-Nada, ya he cenado
–mentí-. ¿Dónde está papá?
-¡Ah! ¿No te lo ha
dicho? Ha empezado hoy a trabajar limpiando en el edificio gigante que hay en
el centro.
-No lo sabía. Tengo que
llevarle una cosa.
Entonces se lo enseñé a
mi madre.
-Seguro que le hace
ilusión.
¿Cuántas plantas tenía
el edificio? Muchísimas. Recuerdo que por el ascensor podía contar los
edificios, los árboles, los coches, las gentes y sus mascotas. Luego sólo
nubes.
Cada vez que se detenía
en una planta sonaba como el ulular de un búho. TheOwl me la había jugado. Se
había sacrificado por mí. JokeInTheHole, nuestro jungla, habría sacado
cincuenta referencias a eso. Nunca olvidaré el comentario que hizo cuando les
dije que aceptaba.
-No te metas con
nosotros.
Mientras el ascensor
seguía subiendo, los nervios se iban apoderando de mí. ¿Había estado tan alto
alguna vez? Jamás había cogido un avión ni nos habíamos ido de viaje más allá
de la casa de mi abuela. Quizás siendo pequeño. Mi madre más tarde me diría que
de niño siempre parecía feliz.
Fuimos ganando partida
a partida, con el apoyo incondicional de TheOwl que hacía las veces de
observador y de sargento de hierro. RaistlinM aprendió a rotar más por miedo
que por convicción. El respeto que sentíamos todos por el muchacho inglés era
demasiado como para defraudarlo.
De noche no reconocía
la ciudad, pero supe que era la misma por la que había estado vagando tantos
años. Allí estaba el parque donde se me cayó mi primer diente de leche. En esa
acera insistí en ayudar a una anciana a cruzar la calle, cuando no le llegaba
ni por la cintura. Sobre aquellas escaleras me imaginé más altos, que fue justo
el mismo lugar donde me besaron por primera vez. En aquel ascensor, mientras
subía, mi vista lo alcanzaba todo, pero sólo era capaz de ver recuerdos.
Tras mucho jugar, tras
muchas partidas y muchos intentos, nuestra posición empezó a convertirse en
respetable. Estábamos entre los tres primeros. WolfHound había ascendido
meteóricamente, y a veces lo celebrábamos con alguna partida trol en normales
que, debido a nuestro buen humor acabábamos ganando igualmente.
La tensión se adueñó de
nosotros en el preciso momento en el que sólo nos quedaba una partida para
entrar en el top 4, a un día escaso de que se cerrara el periodo para alcanzar
la cima de la clasificatoria por equipos y entrar así en el expansión
tournament.
Cuando la puerta del
ascensor se abrió la figura de mi padre, bañada por la luz artificial de
cientos de bombillas brillantes, se irguió, con su traje de trabajo roído y con
una placa que no llevaba ni su nombre.
-Enhorabuena –le dije,
y le di el cigarro que le pedí a Laguna esa misma tarde.
Mi padre lo cogió
contrariado, mirándome como un niño sorprendido que tras una trastada no recibe
reprimenda alguna. Recuerdo esa boca entreabierta, esos ojos caídos víctimas de
la decepción.
-¿Estás bien?-le
pregunté.
-No tengo ni contrato.
Trabajaré ocho horas al día por 450 euros. Me han dicho que es lo que pueden
ofrecerme, pero estoy seguro que estos cabrones cobran treinta y tres veces
más.
-No tienes que
justificarte –le dije.
Se quedó mirando el
cigarro.
En aquella partida, a
punto de entrar en el top 4, todos fallamos. Las manos me temblaban. La cinta
adhesiva deseaba largarse de allí. Ni TheOwl era capaz de articular palabra. No
era sólo la decepción de ver que no éramos capaces de llegar en ese momento,
sino la sensación de que jamás llegaríamos.
-Pero no te conformes
–le dije a mi padre-. Lárgate de aquí cuando quieras.
-No puedo hacer eso,
hijo.
-Sí que puedes.
Entonces mi padre
rompió el cigarro delante de mí.
Eso fue lo que recordé
casi dos meses más tarde. Esa ruptura. Esa rebeldía. Que él hiciera cualquier
cosa por su familia por muy humillante que le resultara.
-Voy a ganar. –Le dije a mis compañeros-. Vamos a ganar. Vamos a entrar en la LCS.
-Con dos cojones –soltó
TheOwl.
-¿Y tú qué vas a hacer
en tu vida? ¿Vas a estar toda la vida jugando a videojuegos?
Me encogí de hombros.
-Se me dan bien –medité
en voz alta, observando por las ventanas de la última planta del edificio-.
Pero no lo haré por eso. No lo haré por mí. Lo haré por toda la gente que se
merece todo lo mejor, que se esfuerza y lucha por obtenerlo, y que por algún
casual del destino no consiguen alcanzarlo. Esa gente no se merece que aquellos
que podríamos conseguirlo nos quedemos en casa de brazos cruzados, llorando. Así
que haré lo imposible.
-¿Te harás rico?
Me reí.
-Es posible.
-Entonces vale.
Con Janna en mis manos
lancé un arriesgado flash dentro de Barón y pulsé la R instintivamente.
Localicé rápidamente a la Evelynn, jungla del equipo contrario, y la levanté
con el tornado. En ese momento escuché:
-JUMANJIIIIIIIIIIIIIIIIIIII –gritó mi jungla, seguido del estallido
del aplastar.
En la parte derecha de
la pantalla un recuadro apareció con el Barón como víctima. Era de color verde.
Era nuestro. La faceta asesina de RaistlinM, propulsada por el bufo, nos
permitió devorar al equipo contrario. Yo caí, pero no importaba. Los demás
habían sobrevivido. Al minuto 40, y con un ACE, vi a mis compañeros corriendo
en línea recta y destrozando todas las torres que quedaban.
Antes de que ninguna
voz anunciara nada, sabíamos que seríamos capaces de cualquier cosa.
-¿No te da vértigo? –me
preguntó mi padre tras un rato de observar la ciudad, en la cima del edificio
más alto.
-No.
Qué cúmulo de pequeñas
circunstancias nos habían traído hasta aquí… Un simple partido que nos conectó
a TheOwl y a mí. Una carrera tranquila que simulaba un paseo sobre el ranking
de League of Legends, subiendo puestos poco a poco. Una chica pequeña con unas
frases cortas de ánimo. Un compañero que menciona el nombre de un jugador. Un
fingido encuentro casual con otros chicos con los que congenio y resultamos
imparables. Un absurdo ejercicio sobre algo inmaterial como son los sueños.
Fui a despedirme de
Laguna antes de que ella cogiera el avión rumbo a Madrid para otra prueba.
-¿Te gusta? –me
preguntó.
Vestía una camiseta
blanca pintada con un escudo que encerrab a un lobo que mordía un cuchillo y la
palabra Wolf bordeando el pico. Encima del mismo se leía WolfHound.
-No es verdad…
-respondí totalmente sorpendido.
-Ahora que vas a ser
famoso tengo que empezar a apoyaros.
-Siempre me has
apoyado.
Laguna apretó los ojos,
risueña.
-Tú a mí también. Buena
suerte y diviértete.
-Tú también.
Me marché de allí
contrariado sabiendo que todo había pasado muy deprisa, pensando en cómo se
había desarrollado todo y lo que nos quedaba por delante. En el espejo del
ascensor me costó reconocerme, pero allí estaba. Sin embargo, al conectarme, no
me esperaban buenas noticias.
Todos mis compañeros
discutían.
-No estamos todavía en el Expansion Tournament. Tenemos que enfrentarnos
al TOP4 de EUNE –me informó TheOwl.
Era todo tan
emocionante…
Todas
las referencias a League of Legends pertenecen a RIOT Games.
Esta
historia pertenece a A.G.Y.A, quien escribe sin intención de sacar beneficio.
Comparte
pero no copies.
MADRE MIA ... WP!<3
ResponderEliminarGracias!
Eliminar