lunes, 20 de octubre de 2014

Capítulo 1 - Support



Supongo que jamás tuve mucho tiempo de pensar en mí, o no me enseñaron esa fórmula mágica de centrarme en mí mismo en busca de la locura que mayor pasión me provocaba. Por ello no culpo a mis padres, ni al mundo, ni a mí mismo, pues fui capaz de alargar la mano cuando se me brindó la oportunidad. Jamás me hubiera perdonado si no hubiera sido capaz de ello.
Esta historia comienza de una forma maravillosa, hasta que te das cuenta de que todos aspiramos a demasiado y entiendes que luchas por ti mismo. Una historia nunca es tan sencilla como un héroe y los demás que le siguen, siempre hay un equipo de personajes muy diversos. Una historia nunca tiene un malo, siempre hay un rival que te verá a ti con la misma animadversión con la que tú lo miras.
Somos el rival de nuestro rival. Cuando lo entendí supe que todos somos lo mismo.

Support

Como un adolescente típico del 2014, no llegaba a comprender tanto término de economía ni política, pero sí esa desazón que había invadido mi hogar sumiéndolo en un pozo de desesperanza del que intentábamos salir como fuera, aunque fingíamos los unos con los otros sonreír más de lo que podíamos.
Mi penitencia era la escuela, aquel maravilloso lugar donde profesores atestados de recortes sollozaban entre clase y clase y algunos daban clase de cualquier forma para poder sobrellevar las aulas repletas de alumnos.
En una de las primeras clases de inglés la profesora nos emparejó aleatoriamente para que habláramos de nuestros sueños, de qué queríamos ser de mayor. Pura ironía, pensé. La maestra se sentó y repasó tranquilamente una revista y nosotros empezamos a hablar como nos dio la gana.
Me tocó con una chica con la que apenas había hablado, teniendo en cuenta que tampoco era un conversador nato.
-¿Tú qué quieres ser de mayor? –preguntó ella con voz dulce y amable.
-Ni idea.
-¿No? ¿No sabes lo que vas a estudiar en la universidad ni nada?
-¿Informática? –contesté dubitativo.
-¡Qué típico!
-Es que no lo sé. No he pensado mucho en eso. Además, tal y como están las cosas da un poco igual.
Ella chasqueó los dedos, incrédula.
-¡No es verdad! –Replicó convencida- Se pueden hacer cosas.
Siempre me gustó su entusiasmo.
-¿Tú qué quieres?
-¡Pues yo quiero ser modelo! –saltó por su cuenta, con su sonrisa perpetua.
-¿Modelo?
La chica era verdaderamente guapa, delgada, con un cabello largo y castaño precioso y una expresión angelical. Fotogénica, como se podía comprobar en sus fotografías de Facebook, repletas de blancoynegros, de sombreros, de muecas de seriedad, de labios rojos…
-¡Sí, modelo! –Afirmaba convencida e ilusionada- De hecho, mañana tengo una prueba en un centro comercial.
-Pues… Suerte –contesté tras meditar unos segundos las palabras adecuadas.
-¡Gracias! Aunque ya sé que es difícil, pero al menos vale la pena intentarlo. La verdad es que siento como que se lo debo a mi madre. Su sueño era ser modelo también pero se quedó embarazada de mí y no pudo ser. ¿Tú qué? ¿Sólo quieres estudiar informática?
-Supongo que sí.
-¿No hay nada que te guste… así en plan… mucho? –interrogaba con ternura, mesándose los largos cabellos rizados.
-Lo único que suelo hacer es estudiar y jugar a League of Legends.
-¿Jugar a League of Legends?
-Es un juego –empecé quitándole importancia- en el que tienes que destruir la base rival con ayuda de otras cuatro personas, cada una con un “monstruo”, o “héroe” o lo que sea.
-Ah.-Se hizo el silencio incómodo, creyendo que llegaba el momento en el que ella se reiría totalmente de mí. Pero la respuesta fue diferente-. Pues si te gusta, juega.
¿Acaso a través de sus palabras intentaba animarse a sí misma?
-Pues eso haré.
-¿Crees que tengo posibilidades? De lo de modelo.
No era alta, ni lo suficientemente delgada, ni una niña prodigio de la belleza con esos rasgos tan de porcelana… No. En aquel momento nadie era capaz de nada.
-Claro –contesté faltando a mi propia verdad.
-¿Y tú eres bueno en lo tuyo? En lo de los videojuegos.
-Bueno… -reflexioné- No soy malo. Me lo tomaba sólo como un pasatiempo hasta que este verano conocí a un muchacho que me dijo de jugar ranked… para escalar puestos en un ranking virtual y subí muchísimo.
-¿Muchísimo? ¿Cuánto?
-Pues… Digamos… Del puesto Trescientos mil al puesto quinientos.
-¡Vaya! ¡Eso es genial! –gritó alzando las manos.
-¿Siempre eres tan eufórica?
-Sí –contestó mostrando sus dientes blancos en una postura afable-. Es más divertido que estar tan serio como tú, que parece que vas a hacer pucheros en cualquier momento –gesticuló alargando el morro.
Por alguna razón no pude evitar reír.
-¿Sólo haces eso? ¿Jugar al juego ese?
Pensé en todos aquellos momentos en los que mis padres discutían porque mi padre no encontraba trabajo, en cómo me encerraba y jugaba con la música alta, en cómo me subía la moral pensar que ascendía de división en división, en las largas horas hablando en inglés con aquel desconocido jugador que jamás había visto…
No hacía nada más, pero lo sentía todo.
-Sólo juego.
Laguna. Ella se llamaba Laguna.

Llegaba a casa y abría la nevera. Un cartón de leche, unos yogurts, un poco de queso. Abría el armario. Galletas y alubias en lata. Suspiraba olvidando el hambre y me conectaba. Me sentaba plácidamente delante del ordenador en un movimiento tan natural como respirar, comprobando que contaba con los folios suficientes en tu mesa que cojeaba para hacer los deberes y que la cinta adhesiva se mantenía fija en el extremo del cable que conectaba con el ratón, aunque llena de porquería. De fondo, voces televisivas que percibía hasta que tu padre grita “¿Ya te vas a poner con la maquinita?”.
Cuando la autoridad paternal insistía era difícil ignorar el mundo que te rodea.
Contesté con la suave inocencia de un buen hijo, dando la razón al perro que te pide comida.
-Después haré mis deberes.
Enchufé la música. Una mujer pixelada cantaba a un pez encerrado en un huevo.
-Y baja el volumen a eso que vas a despertar a los vecinos.
Quién quisiera despertar a los vecinos debía estar loco.
Cliqueaba dos veces sobre el acceso directo a League of Legends. Accedía al cliente, y rápidamente una ventana con el nombre theOwl se abría con un mensaje en inglés.
TheOwl: ¿Preparado para entrar en maestro?
Alundra: Preparado para intentarlo.
TheOwl: Go go go!
Cada uno de estos pasos los conocía de memoria, pero los deseaba tanto…
-¿No tienes amigos de verdad con los que salir a la calle? –me preguntó mi padre, vestido de traje tras asistir a una entrevista de trabajo, cuando pasé por delante de la puerta del salón.
-Sí. Pero no suelen salir a la calle.
-No entiendo nada –y se sumergió de fondo en las noticias de deportes-. Qué malo eres Messi, qué malo eres…
Cada día me preguntaba exactamente lo mismo. Luego me sentaba frente al ordenador y un rectángulo brillante con el nombre de TheOwl aparecía y a los pocos minutos nos enzarzábamos en largas conversaciones en inglés sobre el juego. Aunque tenía cierta base y podía comunicarme sin problema, mi extraño compañero de batallas insistió en enseñarme incluso a pronunciar bien.
Recuerdo una ocasión que invertimos tres horas seguidas en la palabra “literature”.
-Enhorabuena, españolito.
-Gracias a mi maestro.
-Voy a empezar a cobrarte las clases… -soltó TheOwl con sorna.
-Aquí el rico eres tú, no yo.
-Estás jodidamente en lo cierto…
Así y todo, estas lecciones extras me perjudicaron académicamente.

A la jornada siguiente, tras una noche jugando con mi compañero extranjero, nos tocó de nuevo con la profesora de idiomas, que empezó su hora pronunciando lo más básico de la manera más dudosa posible.
-Jau ord arr llu?
-How old are you?-intercedí, incapaz de morderme la lengua.
-No se pronuncia así. Se pronuncia Jau ord arr llu.
Este espécimen era la misma que la profesora de lengua y literatura.
-La cultura es muy importante. Como los libros, el teatro, el cine…
-¿Los videojuegos? –preguntó uno de mis compañeros.
-Los videojuegos no son cultura.
-¿Por qué?
-Porque no lo son.
En el informe PISA se denunciaba la falta de capacidad de análisis por parte de los estudiantes españoles. Me pregunto por qué sería.
Por suerte, no todos mis profesores eran así. La profesora de filosofía, de aspecto monjil, nos contaba disparatadas anécdotas sobre los distintos autores. La de biología hablaba despacio pero soltando chistes y frases memorables que todos sabíamos que sacaba de internet. El de matemáticas usaba temas de la vida juvenil para que prestáramos más atención a una materia que todos creíamos sería más recta.
Con quien más queja tenía era con mi querida profesora de idiomas, por lo que como todos los días me confesaba ante mi invisible amigo.
-Ignorantes hay en todas partes –señalaba TheOwl hablando por TS, en medio de una partida de League of Legends-. Tampoco ha llegado a nada importante si es profesora de un instituto común. ¿En España no se convertía uno en profesor con unos exámenes?
-Con unas oposiciones. Como un examen donde se presenta mucha gente. Es muy difícil.
-No confío mucho en eso.
-¿En los exámenes?
-En los vuestros. En los exámenes siempre confío. ¡Cuidado!
En el lado morado de la calle inferior, flasheé justo cuando Jarvan aparecía con el gigantesco salto más lanza más flash más ultimate, que provocaba un hoyo en el terreno del que pude escapar por muy poco. Liberado, combinaba acordes milimétricamente para lanzar las curas más potentes junto a los ataques más dañinos, capacidad de Sona, campeona que manejaba a la perfección. Mi exhaust cayó en el ADC contrario, provocando que los ataques de mi enemigo fueran menos dañinos. La vida de mi ADC, una Tristana sin maná y sin hechizos de invocador, pendía de un hilo. Con el crescendo cargado, es decir mi habilidad definitiva, calculé mi movimiento hasta tenerlos alineados. Sonó el brutal acorde de harpa y los tres enemigos bailaron apurados mientras mi compañero conseguía escapar.
-Easy. No los he matado porque no me apetecía.
-Tranquilo.
Desde las hierbas apareció una cucaracha gigante. Una incisiva explosión hizo estallar al jungla y al carry del equipo contrario, apuntándonos dos muertes y cuatro asistencias.
-Impresionante…
-Es sólo un juego.
Una mezcla de angustia y euforia recorría mis dedos. De visualizar perplejo la barra de vida de mi compañero tiñéndose de rojo a saborear el inclemente sabor de la victoria en mi paladar.
-¿Qué es ese ruido?
-¡PERO CÓMO HACES ESO! PASA A LA BANDA Y QUE EL CENTRAL SE ENCARGUE DEL BALÓN UNOS METROS CERCA DE LA LÍNEA PARA PROVOCAR EL FUERA O LA FALTA. LUEGO PASAS AL CENTRAR QUE ES BUENO REGATEANDO Y TE LLEVAS A DOS POR DELANTE BUSCANDO AL DELANTERO AL ACERCARTE AL ÁREA. ¡MADRE MÍA QUÉ INÚTILES!
-Mi padre, hablando de fútbol –le indicaba en inglés.
-Un hombre bastante pasional.
-Es típico de España.
-En Inglaterra también son comunes los hinchas tan vehementes. En ocasiones yo mismo me suelo alterar de esa manera viendo partidos de la LCS.
-¿Sí? Nunca he estado muy puesto.
-¿No te interesa la liga?
-Paso. Me interesa ser realista.
-¿Qué significa eso?
-Simplemente juego.
-¿Si “simplemente juegas” por qué cada día eres mejor?
-Porque rondar siempre alrededor de lo mismo es aburrido. Juego, aprendo de mis errores, y listo. Así los retos son más grandes y más divertidos de superar.
-¿Aprendes de tu errores? ¿Es que un jugador de League of Legends comete errores?-soltó TheOwl con basta ironía.
No pude evitar reírme ante tal comentario.
-Supongo que hay gente que sabe que no lo hace bien. El resto no me preocupa. Soy yo el que debe mejorar siempre.
-¿Y yo no?
-Bueno, tú pasas un poco de las críticas de los demás. Pero eres buen analista.
-Sí que es cierto…
TheOwl no era mal jugador, pero tras cada partido era capaz de sacar una lista de fallos abrumadora. Me ayudaba a no cometer dos veces el mismo error. Por eso mismo jugaba con él, aprendía mucho y me motivaba a comenzar otra vez para ver si era capzar de pulirme a mí mismo.
Más tarde, ese mismo día, tuvimos varios problemas que nos quitamos de en medio gracias a un Mid bastante decidido y a una team fight donde conseguí clavar un Crescendo fundamental. Dos partidas después fallé tantos ganchos con Thresh que creí que perderíamos la partida por mi culpa. No es mi campeón, y tampoco perdimos, pero no volví a pickearlo en mucho tiempo.
-Menuda basura… Report me… -dije abrumado.
-¿Te vas a hundir o algo?
-No, al contrario.
Alterné entre otros supports un par de partidas más en donde ganamos fácilmente, risas incluidas. Hasta que llegó ese último encuentro que me dejaría a las puertas de la división Maestro, a un paso de la liga más alta, con unos justísimos 95 LP. Para mi sorpresa, un idiota decidió trolear y elegir a Janna como campeón cuando yo ya tenía marcado a Sona desde el principio. Es decir, dos campeones support en un mismo equipo no era para nada una buena estrategia, condenándome así al fracaso.
-Dos supports, por qué no… -señaló mi compañero con desesperación.
En ese momento saqué fuerzas de flaqueza. Supongo que debió ser por mi buen humor tras muchos encuentros satisfactorios.
-No te preocupes, yo me encargo.
Como nadie quería el Mid, y enfrente me tocaría un Twisted Fate, cambié mis runas y maestrías y me lancé sin dudarlo a esa línea.
-¡Sona medio! Claro, porque farmea genial. Es su punto fuerte junto al de escapar de los ganks.
-Confía un poco.
-Santa divinidad del lol…
Aunque normalmente farmear no era mi fuerte, cierta costumbre tras muchas partidas con dicho campeón me permitía moverlo y limpiar la línea con suma facilidad, pokeando, esquivando cartas, disminuyendo el daño, evitando un gankeo demasiado descarado… Además de que me gustaba el lado azul del mapa.
Al minuto siete alerto a mis compañeros de que el mid enemigo se ha ido. La línea de bot anuncia lo mismo. El jungla aliado deambulaba cerca del rojo, por lo que decidió acercarse al dragón y colocar un Ward. Efectivamente, allí estaba el equipo contrario, atacando al dragón, con lo que conseguirían sumar una importante suma de dinero si lo mataban.
El Ward desapareció rápidamente y la oscuridad volvió a esa zona del mapa.
-Un objetivo para ellos -rechisté.
-Cuando yo te diga, salta y haz tu Crescendo –me ordenó TheOwl.
-Vale.
No pensé en contradecir el plan suicida en el que una Sona se lanzaba contra cuatro y un dragón. Mi compañero escribió en el juego.
TheOwl: Cuando pinguée como un loco, salta, Lee. –Indicaba a mi jungla.
Respiramos unos segundos que nos parecieron eternos. Lee Sin rondaba como borracho por el arco exterior del dragón, mientras yo esperaba a que
-AHORA
Flasheé dentro del circulo y lancé mi ultimate una milésima más tarde, en cuanto los visualicé. Tres de ellos, alcanzados por el Crescendo, se quedaron bailando. Una lluvia de pings alertó al jungla, que se lanzó con cierta torpeza. Escuché el sonido de un smite arrasando al dragón. El juego dio un aviso de que alguien se lo había llevado, sumando su oro a uno de los bandos, pero ahora yo estaba en problemas.
Lee Sin lanzó una patada y levantó a varios de mis contrincantes hacia atrás antes de huir con sus propias habilidades, por lo que me dio algo de tiempo para moverme. Sin embargo, me cayó una carta amarilla de mi rival Twisted Fate, provocando que me quedara aturdido durante unos segundos.
-Mierda… -me lamenté adivinando mi final.
Un tornado levantó a todo el equipo contrario, y una corriente de aire los apartó de mí. Janna, la trol idiota, me salvaba la vida y me permitía ganar vida cuando recuperé la capacidad de moverme, pero no era suficiente. Entonces TheOwl, con Tristana en sus manos, lanzó su cañonazo y desplazó a varios de los enemigos hacia atrás. Un escudo del support y el mío propio me permitieron salir de allí a salvo por la mínima.
-Uf… ¿Y el dragón para quién ha sido?-pregunté con el corazón latiendo a mil por hora.
-Para nosotros, support-mid-carry.
-EPIC.
Con algo de dinero extra y buenos movimientos, fui capaz de destrozar a mi rival, así como el resto de las líneas, por lo que ganamos con facilidad. Tras ese encuentro me encontraba a un punto de entrar a la división Maestro, pero eran las cuatro de la mañana y debía despertarme temprano para ir al instituto.
-Muy buena –me repitió mi compañero-. ¿Para cuándo lo de competir?
Me reí.
-Nunca. Buenas noches.

-¿Ya estás casi en Maestro? Menudo verano te has pegado… Ni habrás visto la LCS ni nada –me comentó un compañero de clase mientras deambulaba, zombi, entre descansos de clase.
-No suelo ver esas cosas.
-Pues estuvo muy guapa. Molaría ser comentarista de esas cosas. Lo intenté una vez enviando un vídeo a una página española que buscaban caster, pero nada. ¿Y tú qué? ¿Vas a fichar por algún team? Fnatic Alundra. Aunque no creo que le quites el puesto a xPeke ni de coña.
-No sé quién es ese.
-¿En serio?
El compañero continuaba con su charla cuando me bloqueé del todo. Rodeado de pupitres, de adolescentes con los móviles en alto haciendo fotos, de cientos de hojas volando al grito de “quién puede dejarme estos deberes”. Ensordecido por el cansancio todo pasaba más lento pero inconsciente. Qué efusividad de habla la de mi compañero, cuánto sabía sobre el competitivo. ¿Sabrían los demás tanto o lo mismo? ¿Cuánto sabía yo?
-Gud monin –saludó la profesora de inglés.
-Gud monin –repitieron mis compañeros.
-Nau güi goin tu oupen de buc fo de peich certin and afte fo de peich certiseven
-Now we’re going to open the book for the page thirteen and then for the page thirty seven –Me quemaban los oídos, fui incapaz de evitarlo.
-No, no se dice así.
-Sí se dice así. Tú lo estás diciendo mal.
-¿Cómo?
Mis compañeros se giraron a mirarme en silencio, con una profunda turbación pícara en sus rostros.
-Que lo pronuncias mal –Repetí-. Now es Now, no nau.
-¿Tú te crees inglés o algo?
-Pues no, pero al parecer hablo con más ingleses que tú.
Las risas acalladas inundaron la clase.
-Seguro que aprendes mucho inglés jugando a videojuegos.
-Al menos soy mejor en los videojuegos que tú dando clase.
-Co-co-co-combo breaker.
No recuerdo si en ese momento hubo gritos, o risas, o simple e insignificante silencio, pero me marché a casa con una amonestación por faltarle el respeto a la profesora. Lo que no esperaba era la reacción de mis padres.
-Si tan listo eres, ¿por qué no te haces profesor de inglés? –me dijo mi padre mientras se arreglaba para ir a una entrevista de trabajo, con el traje a medio vestir.
-Pues yo le he oído hablar inglés… O algo… -argumentaba mi madre.
-No, no, si yo también. Pero hemos criado un hijo tonto, o ha nacido tonto. ¿Por qué discutes con una profesora?
-Porque lo estaba haciendo mal –comenté.
-¿Tú te crees que yo puedo discutir con un jefe? ¿A qué no? Pues ya está –apuntó mi padre.
-Hijo, tú dile que sí y agacha la cabeza. –dijo mi madre.
-Por dentro ya te cagas en su puta madre.
-Qué bruto eres, Antonio.
-¿Es que es mentira? Así funcionan las cosas. Intenta robar sin que te pillen. E intenta cobrar sin trabajar.
-¡No le digas esas cosas al crío que está en una edad muy sensible!
-¿Qué prefieres? ¿Que juegue a los videojuegos? No sé cómo se va a ganar la vida con eso.
Ladrón antes que jugador. Indulto parental inesperado. Con esa conclusión preparé las dos o tres tareas del instituto meditando en lo sucedido ese día. Por mi cabeza exhausta empezaron a deambular distintos conceptos, como la scene competitiva de League of Legends, lo de cobrar de los videojuegos, lo de ganarme la vida, lo de agachar la cabeza… Un cúmulo de ideas me atropellaban y TheOwl no había vuelto de la universidad o de la empresa de su madre, por lo que me tumbé moribundo sobre la mesa y busqué vídeos para reírme.
Empecé con vídeos de gatitos, algo que siempre me subía la moral y que se convirtió en mi droga, hasta que de repente vi un vídeo de League of Legends, de un muchacho ejecutando estrategias y combos bastante curiosos. Luego encontré otro de unos coreanos en su liga profesional en donde realizaba ganchos imposibles con Thresh y con Blitzcrank, gastando varias horas en intentar entender su maestría.
Hubo un momento en el que apareció, en los vídeos sugeridos, uno del tal xPeke, y las palabras de mi amigo volvieron a mi mente.
No supe al cliquear en el enlace que no estaba preparado para lo que venía. El tal xPeke con Kassadin. Recordé haber escuchado algo de eso tiempo atrás. La partida rozaba el minuto 51. Los gritos del público se mezclaban con los de los comentarios ingleses, efusivos, profesionales.
-Fnatic los está retrasando. SK ha perdido dos inhibidores y van a tener que cargar con todo contra esos súper súbditos de la base. Lo podéis ver, ahí está, FNC xPeke intenta tomar el Nexo desesperadamente, SK Kev1n va a intentar detenerlo…
-Oh Dios Mío…
-FNC Peke está intentando destruir el nexo. ¿Es que nadie puede hacer nada para pararlo? El nexo está muy bajo… SK está sobre las torretas del nexo. ¡PERO PEKE LO HA CONSEGUIDO! ¡NO ME LO PUEDO CREER! ¡SE HA METIDO AHÍ SIN DUDARLO! ¡FNATIC SE VUELVE LOCO! ¡QUÉ PARTIDA, AMIGOS!
-¡Es lo mejor, lo mejor, lo mejor que he visto en toda la historia de League of Legends!
Los pelos como escarpias. Recuerdo la sensación de Kassadin golpeando una y otra vez el nexo, esquivando las hachas y saltando en el momento preciso para llevarse la partida. Gente a la que después le he ido enseñando el vídeo me ha comentado que, aunque no entiendan nada, les resulta emocionante.
Emocionante.
Durante el resto del día y de la noche estuve viendo vídeos y leyendo artículos sobre las competiciones, sobre los deportes electrónicos, sobre sus orígenes y sobre sus días más recientes.
Desde el primer y anodino campeonato mundial hasta la gran final de la S4 en Korea, que sucedería poco después. Las gradas llenas de gente con gorros de Teemo o de Rammus, los gritos de emoción, las anécdotas en las largas pausas, los épicos 1v1, los robos de Barón Nashor, las team fights frente a Dragón, las rotaciones, los picks troll, los bans troll… La decepción, la victoria.
-Estás muy callado hoy, ¿no? –me comentó TheOwl al conectarse, rozando la medianoche.
-Estoy viendo unos vídeos.
-¿Porno?
-No. Bueno, supongo que para ti algunos lo son.
-Me siento perdido.
Le pasé el link del 1v1, Zed vs Zed, en la S3, donde un Zed full vida se lanzó contra un moribundo Zed y al final ganó el moribundo tras un despliegue de skill impresionante.
-Porno del bueno. Eso no es sólo skill, es sangre fría –apuntó mi compañero.
-Si no se te da bien algo, no llegas a ninguna parte.
-Aunque a veces se te dé bien algo, no llegas a ninguna parte. Si te quedas en tu casa esperando que alguien aparezca y te diga “eh tío, eres muy bueno en esto, toma, un cheque de 30.000 libras”. Pues no, eso no sucede. Lo que cuenta es el esfuerzo y el hacerse notar. Hay demasiada gente mediocre en la televisión porque se hace notar más que los genios.
-No es tan fácil.
-Gilipolleces. Tristes españoles, siempre llorando. Desde la Armada Invencible no levantáis cabeza. Si tú quisieras podrías estar en un buen equipo profesional.
-En dos.
-No se puede por normati… Ah, era una ironía. Genio.
-¿Por qué no te apuntas tú a un equipo, Owl?
-Porque mi ingenio no cabe en ningún team. Tú, que eres muy bueno, deberías empezar a planteártelo.
-Yo no soy bueno. Simplemente no me altero.
-¿Has visto la hora que es?-dijo TheOwl con un toque de teatralidad-. Son las no voy a gastar mi tiempo consolando al inconsolable. ¿Jugamos o prefieres rallarte un rato porque tu camisa blanca no es tan blanca y te sientes una mierda?
-Creía que los ingleses eran finos.
-Creía que los españoles tenías cojones.
Esa noche subí a Maestro sin sentir absolutamente nada parecido a lo que me habían transmitido esos vídeos pero con un pensamiento que me mantuvo despierto y sonriendo durante unos minutos.
“Molaría estar ahí, ¿no?”

-¿Qué tal lo de modelo? –Le pregunté extrañamente eufórico a Laguna, recordando que había hecho las pruebas la tarde anterior.
-¡Ah! No ha habido suerte. –Se echaba el cabello por encima de las orejas-. No soy lo suficientemente alta. Por tres centímetros.
Sentí como un martillazo en mi pecho, como una ventana que se rompiera y te absorbiera la fuerza del espacio. Por tres centímetros, aseguraba siempre sonriendo, brillando como su collar.
-Lo siento.
-¡No pasa nada! La vida es así. ¡Tú enfréntate a todo como te enfrentaste a la profesora y llegarás muy lejos!
La abracé. No recuerdo todavía el por qué, pero ella me lo devolvió como abandonándose. Fue un abrazo triste y comedido que ninguno de los dos comprendimos.
Perdí el resto del día mirando a través de la ventana y sin embargo aprendí como el que más. Dibujaba estadísticas en los folios basándome en los datos que sacaba de internet de objetos y campeones de League of Legends. Al final me junté con una gran cantidad de datos y prácticamente nada de apuntes del resto de las asignaturas.
Inconscientemente las hojas se fueron rellenando como si mi capacidad de prestar atención hubiera sido desconectada. Lo importante era dedicar esas horas insignificantes a algo de provecho, y me subconsciente reaccionaba por encima de mí. Unos se mandaban notas, otras dibujaban círculos eternos en los folios…
-¿Qué estás haciendo? –preguntó el profesor de matemáticas.
-Unas… -desperté como de un sueño, encontrándome en medio de una clase de demasiadas personas- estadísticas. Unos cálculos.
El profesor levantó las hojas y las observó por encima de las gafas.
-Están muy buen –comprobó el profesor-, pero ese no es el tema que nos toca. ¿No te parece interesante el álgebra aplicado a las canciones de One Direction?
En mi lugar contestó uno de mis compañeros.
-Es que siempre traes cosas para las chicas…
-¡Serás mentiroso! –saltó una de mis compañeras, totalmente indignada- Estamos casi todos los días con el fútbol…
A pesar de que la clase de matemáticas era una de las que más disfrutaba, durante aquellas dos horas era otra persona incapaz de seguir a buen ritmo la lección. A escondidas, seguí puntualizando los cálculos, creyéndome libre de todo castigo mientras el álgebra y otras fórmulas se iban aplicando a las canciones desglosadas de One Direction.
Suspiré creyéndome libre de todo castigo, pero al terminar la clase me pidió que esperara.
-¿Me podrías dejar un segundo las estadísticas y los cálculos que has hecho? Los que no son de clase.
Un tanto cansado, saqué los folios y se los entregué.
-¿Diez folios? –preguntó, frío y neutral, falto del tono chabacano que le caracterizaba.
-Perdón –y le entregué tres más.
-¿De qué es esto? Daño, Health Regen… ¿De qué trata?
-Pues es de un videojuego.
-¿El lol ese? –disparó a quemarropa mi profesor.
-¿Sí…?
-Mi hijo mayor juega. Mucho. Pero yo no entiendo nada –Comentaba analizándolas lentamente, pasando un dedo por cada resultado-. Además de que debería castigarte por no prestar atención en clase.
-Ah…
-¿Podrías explicármelas?
-Pues son sobre el juego, sobre cómo evoluciona una partida, sobre los problemas de gold, de damage… De oro y de daño… De qué conviene mejor comprar, cuándo, por qué… Basado en estadísticas.
-Razones matemáticas aplicadas a un videojuego –su frialdad me asustaba de tal manera que no sabía si me castigaría de por vida o sólo me preguntaba por curiosidad.
-Bueno… Es programación -argumenté temeroso-, y en la programación hay mucha matemática, sobre todo en estas cosas.
-Entiendo. ¿Me podrías hacer una copia?
Al día siguiente las clases de matemáticas consistían en gráficas y estadísticas y cálculos usando mis folios sobre el League of Legends. Muchos de mis compañeros jugaban, por lo que les resultó muy curioso y se nos pasaron las horas volando. Laguna gesticuló preguntando si eso era sobre el juego que le hablé, y al afirmárselo aplaudió con palmadas silenciosas.
-Sin embargo –dijo en una de las clases, unos días después-. Aquí hay una cosa que está mal.
Un pequeño fallo en uno de mis cálculos. Una tontería insignificante que modificó nimiamente una gráfica, alterando el orden de prioridad de varios objetos.
Cuando vi como el profesor de matemáticas cambiaba el resultado, comprendí que debía llegar a casa lo antes posible para comprobarlo. Era como una agobiante carga imposible de soportar, por lo que cuando salió el timbre hui de allí como disparado por una pistola.
Al conectarme a League of Legends TheOwl me estaba esperando, por lo que no tardé en contarle la buena nueva, aunque su respuesta fue demasiado…
-Me parece estupendo. Haremos una fiesta por ello  –señaló TheOwl, fingiendo emoción.
-Vamos a jugar, que quiero probarlo.
-Espérate un poco, que vamos a jugar con unos amigos.
Por suerte no tardaron en unirse. En lugar de venirse él conmigo a la botlane, me acompañó uno de ellos. Entre los dos destrozamos todas y cada una de las líneas que encontramos, y aunque veía algo delicado al muchacho, nos entendíamos correctamente a base de pings.
IrvingVIII: Juegas bastante bien, aunque no tanto como yo.
Alundra: Los de enfrente eran un poco malos.
IrvingVIII: Hazme un favor y crécete un poco, porque si no, cuando tengas mayor presión te vas a hundir.
Alundra: He jugado ya contra Challenger y todo. No me preocupa.
IrvingVIII: Quiérete un poco más. Yo le he hecho pentakill a un equipo de challenger.
Alundra: Eso está muy bien.
IrvingVIII: ¿No me crees? Estoy muy OP.
Alundra: Y seguro que volverás a hacerlo.
Disfruté mucho ese día. Eran unos amigos simpáticos provenientes cada uno de un país distinto pero con ganas de divertirse. Dibujándonos, parecíamos un grupo de chiquillos en la playa, construyendo castillos de arena.
Aunque nuestra intención era que nadie destruyera el nuestro.

Los días avanzaron y el mundo real perpetraba su continuidad molesta y sencilla. Las clases de matemáticas con mis hojas de League of Legends habían acabado y asaltábamos otras lecciones usando al fútbol u otros grupos de música populares. En filosofía aprendimos las mil y una locura de Nietzsche, y en Biología frases más bien típicas del club de la lucha que de ciencia. Sin embargo, había una materia en donde no avanzábamos ni con esfuerzo.
-Quiero que me escribáis –comenzó la profesora de inglés- para cerrar ya este tema sobre nuestros sueños y nuestro futuro qué es lo que quiere hacer vuestro compañero. Así que os dejaré otro rato para que recapituléis. Os pondré nota, ¿eh? Si luego no os gusta la nota que os he puesto es porque definitivamente no os merecíais más –se refería a mí. De hecho me clavaba las pupilas con ese odio enfervorecido típico de los divorciados.
-Te odia –me comentó Laguna.
-Es lo que hay –apunté-. ¿Qué tal estás?
-¡Bien! Estoy buscando otras cosas para presentarme en lo de modelo. He visto que las hay de mi altura e incluso más bajas. Lo importante es tener carisma.
-Hay modelos que se drogan, podrías intentarlo.
Se rio melodiosamente.
-Pero es que para eso hace falta dinero.
-Vale, ahí me has pillado.
-¿Y tú? ¿Vas a ser informático o vas a seguir jugando?
Fruncí el ceño un tanto contrariado.
-¿Es que se puede elegir?
-¡Pues sí! Resulta que mi hermano juega eso y las gráficas de la clase de matemáticas le sirvieron de mucho. Me dijeron que eran upa o algo así.
-OP.
-¿OP? Ni idea. ¿Qué es eso de OP? –Volvió a reírse risueñamente- Me preguntó si tenía al nuevo “froguen” en mi clase, y que esa gente ganaba mucho dinero. ¿Cuánta gana un jugador profesional?
-Según estuve investigando, la compañía te paga 3000€ al mes. Pero puedes recibir otros ingresos.
Laguna apretó los labios pícaramente.
-Así que has estado investigando…
-No te líes. Haré informática y me moriré a los ochenta años como una persona normal y corriente.
-¡Inténtalo!
-¿Lo de informática y morir como una persona normal y corriente?
-¡No! –negó moviendo su cabeza de voluminosos rizos como una niña pequeña.
Antes me hago soldado y me monto una base militar en una isla –solté sonando un poco a mi amigo TheOwl.
-¿Por qué no lo intentas?
-¿Pero tú sabes cómo se hace?
-No. Pero si te gusta, inténtalo. Yo lo intento.
-Tú eres tú y yo soy yo.
-Eres un arisco –señaló con simpática sorna.
-No lo soy. Te animo amablemente a que te presentes a todas las cosas de modelo que quieras.
-¿Incluso a las de ropa interior? –Gesticuló como una actriz de cabaret de los 70- ¿Sería sexy una sesión de fotografías mías en bragas y sujetador de lujo?
Me esforcé por dar mi cara más plana y fría.
-¿Sin tetas? No.
-Tienes razón. Con esto sólo podría ser una modelo profesional.
-Pues adelante. Pero nada de ir a Mujeres y Hombres y Viceversa.
-Sólo si tú me prometes que lo intentarás.
-Por alejar a alguien de ese mundo peligroso, lo que sea.

Por algún motivo que desconocía, gané todas y cada una de las partidas que jugué en los días siguientes. A mis ojos, el juego se presentaba mucho más profundo y complejo: Una ingente cantidad de datos deambulaba ordenada por toda la Grieta del Invocador. Aprendía los patrones de mi línea enemiga, por lo que era fácil cazarlos con la burbuja de Nami o la jaula de Morgana.
Jugué con IrvingVIII, otro amigo de TheOwl que jugaba top llamado ZeUS y la hermana de éste, que aunque era un poco mala, entre todos conseguíamos conducir la partida hasta una victoria aplastante.
Luego se marchó la hermana y apareció uno de los mejores jugadores de medio con los que yo jamás había jugado hasta entonces, especialista en asesinos ap y con una velocidad de reacción increíble, aunque se obsesionaba demasiado con su línea, la cual siempre dominaba. TheOwl, que apareció más tarde, le dijo exactamente lo que yo pensaba, tras habernos observado en modo Espectador.
-RaistlinM, soy incapaz de hablar de tus grandes, implacables, e inexistentes rotaciones.
Aunque cada uno proveníamos de un lugar diferente, nos entendíamos en inglés.
-Me encantan los sarcasmos. Hago lo que puedo, Owl.
-Me importa muchísimo que te encante.
-¿Sólo tienes eso para mí? –Respondió rápidamente RaistlinM- Venga, por favor, quiero más.
-Olvídalo.
-No, por favor, dame más Owl, lo necesito.
-Que me dejes en paz.
-Hemos ganado, ¿no?
-Retard.
-¿Flameando? Report.
Entonces, tras analizar los datos de la partida en el historial, me metí en la conversación.
-RaistlinM, tu diferencia de oro con respecto al jungla, el mejor del equipo contrario, no era mucho sobre el minuto nueve, porque lo único que hacías era pushear matar y matar, por lo que cada vez te daba menos oro, poniendo en peligro así al equipo… Si no hubiera sido porque IrvingVIII y yo hemos tirado la línea rápido, ese Kha Zix se podría haber vuelto imparable e incluso podría haber sido un problema para ti.
-DERP –fue la contestación que recibí por parte de RaistlinM.
-Totalmente –continuó el top.
-Me he puesto un poco cachondo con esa explicación. No Homo –añadió RaistlinM.
-Yo le he enseñado a hacer esas cosas. Yo y nada más que yo –se defendió TheOwl.
-¡Vale, me agobiáis!-Saltó RaistlinM- Empezaré a rotar más.
-Más que 0… -sentenció TheOwl.
Salí de la habitación a por agua, sorprendiéndome al ver a mi padre frente a la televisión, con el traje a medio quitar, y un programa que jamás en su sano juicio lo habría dejado más de cinco minutos, pues trataba de política.
Congelado en el marco de la puerta, sólo me salió preguntarle una cosa:
-¿Se le han acabado las pilas al mando?
-No –me contestó con dejadez.
-¿Por qué sigues con el traje?
-Pues yo que sé, porque soy idiota.
-¿Vienes de una entrevista de trabajo?
-Sí –me contestó con más dejadez incluso- Soy demasiado viejo para este mundo laboral –dijo con los ojos bien abiertos, ausente-. Panda de hijos de puta. Por cierto, ¿tú fumas?
La pregunta me pilló completamente desprevenido.
-No –respondí con total sinceridad.
-Vaya… Me compré tres paquetes de tabaco prometiéndome que sólo fumaría tras una entrevista de trabajo. Se me acabaron hace mucho.
Algo dentro de mí se hundió, y pasé mucho frío.
-No te preocupes. Sigue intentándolo.
-Siento si no podemos darte más –reconoció sin apartar la vista de la televisión.
-Tengo todo lo que necesito ahora mismo. ¿Y tú?
Mi padre se encogió de hombros.
-Me conformo con que gane el Madrid.
-Raúl selección.
-Raúl selección –vitoreó.
Al volver a mi habitación me senté en la silla y deslicé los cascos colocándolos perfectamente sobre mis orejas. Discutían mis compañeros de juego sobre una tontería que no llegaba a comprender. Quien más atacaba era, como siempre, TheOwl, aunque apenas jugó con nosotros, hasta que apareció otro muchacho, amigo de ellos, que se adueñó de la jungla y sólo hablaba haciendo referencias a películas o videojuegos.
-Sayonara, baby.
O:
-En esta grieta seguimos las leyes de la TERMODINÁMICA.
O:
-I am the danger!
No recuerdo a qué hora me acosté. Sólo perdimos una partida, y queriendo.
-Professional LCS Troll.
-¿Ese no es Darien?
-Rip Darien.
-Rip en Peperino.
No recuerdo quién decía qué. Fue un caos profundamente armónico.


-Un 3 –gritó la profesora de inglés dándome mi redacción el primero.
-¿Perdón?
-Gramáticamente está bien, pero la redacción es muy pobre.
Levanté una ceja completamente contrariado.
-No lo entiendo.
-Pues que lo de modelo no es futuro ninguno. Os preguntaba sobre trabajos. Si habéis estado coqueteando en medio de un ejercicio no es mi culpa. La próxima vez habláis de cosas serias.
Laguna levantó la mano, aunque no esperó a que le concediera la palabra.
-Profesora, es que es lo que quiero- se defendió la chica con vehemencia.
-¿Quieres ser modelo? –espetó medio riéndose.
-Sí, profesora.
-De verdad, eso no es ni una profesión.
-Pero es lo que yo quiero.
Unos cuantos cables chisporrotearon dentro de mi cabeza.
-¿Qué le ha puesto a ella en su redacción?
-Un cero. Porque eso de jugador de Li o no sé qué no sé de donde te lo has sacado.
-League of Legends –saltó otro compañero desde el fondo de la clase.
-¿Y por qué mi amiga no puede ser modelo? –quiso saber una chica.
-Eso, ¿por qué no? De verdad estas viejas… -maldijo otro chico.
-¿Qué habéis dicho?
En ese momento ataqué por instinto.
-¿Cuál fue su sueño que nunca se cumplió y le hizo ser una mujer tan amargada?
La profesora se quedó callada, junto a mis compañeros. Sólo escuché una vocecilla colándose entre todas diciendo “An enemy has been slain”.
-Profesora –se interpuso Laguna-. Le digo de verdad que ese es mi sueño y eso es a lo que quiero dedicar mi vida. Y él quiere dedicar su vida a eso. No nos inventamos nada. No hay coqueteo ni nada, de verdad. Entiéndalo, por favor.
Lo entendió tan bien que nos envió a los dos al despacho del director, el cuál entendió prácticamente lo mismo que mi profesora. Nos dijo algunas tonterías sobre las hormonas y que nos ponía una amonestación. Tras tanto drama se hizo tan tarde que nos tocó esperar en el patio hasta que terminara la clase.  En un momento entrecruzamos la mirada y nos fue imposible aguantar la risa. Nos tumbamos en el césped y ella apoyó su cabeza sobre mi hombro.
-¿Fumas? –preguntó sacándose un paquete de tabaco del bolsillo.
-Pues no. No sabía que tú fumaras…
-Ya sabes, si quiero ser modelo tengo que drogarme… Y si tú quieres ser deportista profesional no puedes.
-Gracias por entenderlo.
-¿Crees que el mundo es una mierda?
Me tomó unos segundos meditar la respuesta.
-No. Creo que está lleno de gente que aspira a demasiado mezclada con gente que no quiere esforzarse por aspirar a demasiado y que son profesionales en joder a los demás. Hay que ser un poco coherente: Si quieres algo, esfuérzate. Pero nunca podrás ser Superman, y nunca sabes quién podrá ser el próximo Batman. El caso es que tanto unos como otros están todo el día provocando disturbios. Por eso a veces es un poco horrible lo de vivir.
-¿Disturbios?
-Follones, como diría mi padre.
-¿Tú vas a intentarlo?
-Mira –respondí con sinceridad- Necesito un equipo, con gente con talento, decidida, que se comprometa, y engañarme a mí mismo haciéndome creer que tengo posibilidades. La verdad, me conformo con haber llegado tan alto en los rankings. ¿Y tú?
-Sí. Si no me meteré a actriz porno.
-Tienes unas salidas que me pillan desprevenido.
-¡Gracias! Pero prométeme que lo intentarás.
-Eres muy pesada…
-Tú eres muy arisco –entonces me besó en la mejilla-. Pero me caes bien.
El humo ocupó toda mi visión cuando sonó el timbre que indicaba la siguiente clase. Ella aplastó el cigarro mientras me sacudía la hierba, como si hubiera estado oculto allí durante décadas.
-Creo que sí que quiero uno –le dije recordando.

Al llegar a casa busqué a mi padre, hallando sólo el traje tirado sobre la cama. Mi madre a aquellas horas seguiría limpiando casas por cuatro duros y sin contrato hasta que anocheciera, por lo que me senté una vez más frente al ordenador.
Tras conectarme al cliente me agregó un chico que desconocía completamente. Resultó ser el hijo de mi profesor de matemáticas.
Copernico: Tus gráficas son la leche.
Alundra: Sólo son paciencia.
Jugué un par de partidas con él temiendo que mi nota se viera perjudicada si me negaba. El muchacho no era malo, pero hacía lo que podía, sobre todo flamear.
Alundra: ¿Por qué flameas?
Copernico: Porque son muy malos.
Alundra: ¿Flameando vas a solucionar algo?
Copernico: No tío pero por lo menos me desahogo.
Alundra: Entonces se pondrán más nerviosos y jugarán peor.
Copernico: Van a seguir manqueando igual…
No me extrañaba. Además de que la diferencia de divisiones entre el muchacho y yo era demasiado abismal: De maestro a plata IV.
Copernico: Mi padre también me dice que no sirve de nada enfadarse. Que si no puede ser otra vez será, que hay que seguir intentándolo.
Alundra: Es un buen consejo.
Copernico: Ya, pero no le ha servido de nada. Él quería ser un gran matemático y mira, profesor de instituto.
Alundra: Algo es algo.
Copernico: Para quedarte a medias no hagas nada.
¿Cuánta razón soportaba esa frase?

Más tarde aparecieron TheOwl y compañía, esta vez con una pequeña proposición.
-Arrasamos tanto que es aburrido hacerlo en Draft o Blind pick-dijo TheOwl-. Lo haremos en clasificatoria.
Preocupado por donde estaría mi padre acepté sin pensar la invitación al equipo de clasificatoria. A medida que avanzaban las partidas, me di cuenta de que me preocupaba no sólo por él, sino por mi madre que limpiaba los suelos y las babas de ancianas cuyas familias no querían preocuparse. También por Laguna y su exhaustiva búsqueda de un casting que le favoreciese mientras se preguntaba que había hecho ella para desear algo a lo que, literalmente, no alcanzaba. O por mi profesor de matemáticas, que lejos de encolerizarse por mi falta de atención disfrutó y entendió que podían ser útiles las anotaciones de un muchacho.
-Si seguís jugando así podré tomarme unas vacaciones –dijo TheOwl, que se había mantenido como espectador y analista en las cuatro partidas.
Con esas palabras caí en la cuenta. TheOwl, quien jamás jugaba y simplemente veía nuestras partidas y las comentaba. Entré en mi perfil y repasé los últimos partidos del equipo de clasificatorias: WolfHound. No era un equipo recién creado, sino uno que ya llevaba varios meses compuesto por mis otros cuatro compañeros y por él mismo, pero no en la posición con la que yo empecé con él, sino otra muy distinta.
-TheOwl, tú no eres adc –señalé angustiado-. Tú eres support.
-Soy de todo un poco. Un maestro de la pluralidad –se defendió.
El resto de compañeros se mantuvieron al margen.
-¿Te estoy robando tu puesto?
-Te lo estoy prestando. De manera altruista.
-¡No me jodas Owl! ¡Tú has jugado de support con este equipo ciento tres veces!
-¿Sabes contar más de 100? Creía que España tenía déficit académico en matemáticas.
-Déjate las tonterías.
-Mira niño, conmigo llegamos hasta platino. Hemos analizado mucho, muchísimo cada partida y el problema era yo, que no era lo suficientemente bueno. Así que nos pusimos a buscar otro support. Es más, me puse yo a buscar otro, porque estos idiotas de aquí no querían saber nada de eso. Así que te encontré y estuve viendo hasta donde podías llegar: Eras un perro vago pero ahora eres un perro guardián. Contigo arrasamos.
-Pero te estoy quitando tu posición.
-No me vengas con esas. Soy mucho peor que tú. Contigo podemos llegar al Expansion Tournament. Yo me quedo de coach.
-Pero…
-Es puro egoísmo –me interrumpió TheOwl-. Conmigo no podemos llegar a la LCS. Contigo sí. Ahora puedes quedarte llorando y gimoteando “le he quitado el puesto a mi amigo” o puedes hacerle un favor y quedar entre los cuatro primeros puestos del clasificatorio para optar a una plaza de la liga. Tú eliges.
Escuché un portazo y desconecté sin pensar. Al salir al pasillo me encontré a mi madre agotada arrastrándose por el pasillo. Le cogí las bolsas con los productos de limpieza y la ropa, y las dejé donde ella siempre solía.
-Voy a ponerte el calentador.
Mi madre levantaba la cabeza contrariada, y me echó una mano cuando comprobó que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Apenas pude encender la cerilla. Ella lo hizo a la primera y sin pestañear.
-¿Qué quieres de cenar? –preguntó mi madre con bolsas gigantes bajos los ojos.
-Nada, ya he cenado –mentí-. ¿Dónde está papá?
-¡Ah! ¿No te lo ha dicho? Ha empezado hoy a trabajar limpiando en el edificio gigante que hay en el centro.
-No lo sabía. Tengo que llevarle una cosa.
Entonces se lo enseñé a mi madre.
-Seguro que le hace ilusión.

¿Cuántas plantas tenía el edificio? Muchísimas. Recuerdo que por el ascensor podía contar los edificios, los árboles, los coches, las gentes y sus mascotas. Luego sólo nubes.
Cada vez que se detenía en una planta sonaba como el ulular de un búho. TheOwl me la había jugado. Se había sacrificado por mí. JokeInTheHole, nuestro jungla, habría sacado cincuenta referencias a eso. Nunca olvidaré el comentario que hizo cuando les dije que aceptaba.
-No te metas con nosotros.
Mientras el ascensor seguía subiendo, los nervios se iban apoderando de mí. ¿Había estado tan alto alguna vez? Jamás había cogido un avión ni nos habíamos ido de viaje más allá de la casa de mi abuela. Quizás siendo pequeño. Mi madre más tarde me diría que de niño siempre parecía feliz.

Fuimos ganando partida a partida, con el apoyo incondicional de TheOwl que hacía las veces de observador y de sargento de hierro. RaistlinM aprendió a rotar más por miedo que por convicción. El respeto que sentíamos todos por el muchacho inglés era demasiado como para defraudarlo.

De noche no reconocía la ciudad, pero supe que era la misma por la que había estado vagando tantos años. Allí estaba el parque donde se me cayó mi primer diente de leche. En esa acera insistí en ayudar a una anciana a cruzar la calle, cuando no le llegaba ni por la cintura. Sobre aquellas escaleras me imaginé más altos, que fue justo el mismo lugar donde me besaron por primera vez. En aquel ascensor, mientras subía, mi vista lo alcanzaba todo, pero sólo era capaz de ver recuerdos.

Tras mucho jugar, tras muchas partidas y muchos intentos, nuestra posición empezó a convertirse en respetable. Estábamos entre los tres primeros. WolfHound había ascendido meteóricamente, y a veces lo celebrábamos con alguna partida trol en normales que, debido a nuestro buen humor acabábamos ganando igualmente.
La tensión se adueñó de nosotros en el preciso momento en el que sólo nos quedaba una partida para entrar en el top 4, a un día escaso de que se cerrara el periodo para alcanzar la cima de la clasificatoria por equipos y entrar así en el expansión tournament.

Cuando la puerta del ascensor se abrió la figura de mi padre, bañada por la luz artificial de cientos de bombillas brillantes, se irguió, con su traje de trabajo roído y con una placa que no llevaba ni su nombre.
-Enhorabuena –le dije, y le di el cigarro que le pedí a Laguna esa misma tarde.
Mi padre lo cogió contrariado, mirándome como un niño sorprendido que tras una trastada no recibe reprimenda alguna. Recuerdo esa boca entreabierta, esos ojos caídos víctimas de la decepción.
-¿Estás bien?-le pregunté.
-No tengo ni contrato. Trabajaré ocho horas al día por 450 euros. Me han dicho que es lo que pueden ofrecerme, pero estoy seguro que estos cabrones cobran treinta y tres veces más.
-No tienes que justificarte –le dije.
Se quedó mirando el cigarro.
En aquella partida, a punto de entrar en el top 4, todos fallamos. Las manos me temblaban. La cinta adhesiva deseaba largarse de allí. Ni TheOwl era capaz de articular palabra. No era sólo la decepción de ver que no éramos capaces de llegar en ese momento, sino la sensación de que jamás llegaríamos.
-Pero no te conformes –le dije a mi padre-. Lárgate de aquí cuando quieras.
-No puedo hacer eso, hijo.
-Sí que puedes.
Entonces mi padre rompió el cigarro delante de mí.
Eso fue lo que recordé casi dos meses más tarde. Esa ruptura. Esa rebeldía. Que él hiciera cualquier cosa por su familia por muy humillante que le resultara.

-Voy a ganar. –Le dije a mis compañeros-. Vamos a ganar. Vamos a entrar en la LCS.
-Con dos cojones –soltó TheOwl.

-¿Y tú qué vas a hacer en tu vida? ¿Vas a estar toda la vida jugando a videojuegos?
Me encogí de hombros.
-Se me dan bien –medité en voz alta, observando por las ventanas de la última planta del edificio-. Pero no lo haré por eso. No lo haré por mí. Lo haré por toda la gente que se merece todo lo mejor, que se esfuerza y lucha por obtenerlo, y que por algún casual del destino no consiguen alcanzarlo. Esa gente no se merece que aquellos que podríamos conseguirlo nos quedemos en casa de brazos cruzados, llorando. Así que haré lo imposible.
-¿Te harás rico?
Me reí.
-Es posible.
-Entonces vale.

Con Janna en mis manos lancé un arriesgado flash dentro de Barón y pulsé la R instintivamente. Localicé rápidamente a la Evelynn, jungla del equipo contrario, y la levanté con el tornado. En ese momento escuché:
-JUMANJIIIIIIIIIIIIIIIIIIII –gritó mi jungla, seguido del estallido del aplastar.
En la parte derecha de la pantalla un recuadro apareció con el Barón como víctima. Era de color verde. Era nuestro. La faceta asesina de RaistlinM, propulsada por el bufo, nos permitió devorar al equipo contrario. Yo caí, pero no importaba. Los demás habían sobrevivido. Al minuto 40, y con un ACE, vi a mis compañeros corriendo en línea recta y destrozando todas las torres que quedaban.
Antes de que ninguna voz anunciara nada, sabíamos que seríamos capaces de cualquier cosa.
-¿No te da vértigo? –me preguntó mi padre tras un rato de observar la ciudad, en la cima del edificio más alto.
-No.

Qué cúmulo de pequeñas circunstancias nos habían traído hasta aquí… Un simple partido que nos conectó a TheOwl y a mí. Una carrera tranquila que simulaba un paseo sobre el ranking de League of Legends, subiendo puestos poco a poco. Una chica pequeña con unas frases cortas de ánimo. Un compañero que menciona el nombre de un jugador. Un fingido encuentro casual con otros chicos con los que congenio y resultamos imparables. Un absurdo ejercicio sobre algo inmaterial como son los sueños.
Fui a despedirme de Laguna antes de que ella cogiera el avión rumbo a Madrid para otra prueba.
-¿Te gusta? –me preguntó.
Vestía una camiseta blanca pintada con un escudo que encerrab a un lobo que mordía un cuchillo y la palabra Wolf bordeando el pico. Encima del mismo se leía WolfHound.
-No es verdad… -respondí totalmente sorpendido.
-Ahora que vas a ser famoso tengo que empezar a apoyaros.
-Siempre me has apoyado.
Laguna apretó los ojos, risueña.
-Tú a mí también. Buena suerte y diviértete.
-Tú también.
Me marché de allí contrariado sabiendo que todo había pasado muy deprisa, pensando en cómo se había desarrollado todo y lo que nos quedaba por delante. En el espejo del ascensor me costó reconocerme, pero allí estaba. Sin embargo, al conectarme, no me esperaban buenas noticias.
Todos mis compañeros discutían.
-No estamos todavía en el Expansion Tournament. Tenemos que enfrentarnos al TOP4 de EUNE –me informó TheOwl.
Era todo tan emocionante…




Todas las referencias a League of Legends pertenecen a RIOT Games.
Esta historia pertenece a A.G.Y.A, quien escribe sin intención de sacar beneficio.

Comparte pero no copies.

2 comentarios: